Maria A. Coscollola
MAGISTRADA
Los testimonios personales de la magistrada y de las otras cinco profesionales que La Vanguardia ha reunido con motivo del 8 de Marzo aportan argumentos a favor de una reivindicación feminista que es tan transversal como global.
La cuestión es transformar una situación legal en real”, afirma Maria Antònia Coscololla, magistrada del juzgado de instrucción 24 de Barcelona. Porque ella cree que, legalmente, existe la igualdad, pero no de forma práctica: aún hay una brecha.
Coscollola es juez desde hace veinte años. “Ejerzo una función pública de ámbito estatal, y tanto en el acceso como en el trabajo como en el salario el trato es estrictamente igualitario entre hombres y mujeres”. Pero aún quedan fronteras que cruzar. “En la práctica, el ser madre de tres hijos te plantea problemas a la hora de conciliar la vida profesional con la familiar. Entras en conflicto: siempre piensas que al final deberás optar entre o ser una mala juez o ser una mala madre. Quizás he echado de menos en determinados momentos poder participar más en determinados foros o formarme más”.
Pero la cuestión es que la judicatura es ya una carrera muy feminizada, pues el 52,7% de sus integrantes son mujeres, pero esto no se traslada a los órganos de gobierno. Ella misma forma parte de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, y de sus quince integrantes, sólo cuatro son mujeres. Situación similar se plantea en la cúpula del Tribunal Supremo o de la Audiencia Nacional, donde priman los hombres, una imagen netamente masculina. Según ella, sería necesaria una mayor presencia femenina, tanto por la verdadera composición de la carrera como por aportar el punto de vista de la mujer. De todas formas, piensa que es cuestión de tiempo y que las nuevas generaciones ya entienden la igualdad de otra manera.
Maria Antònia Coscollola asegura que nunca se ha sentido tratada diferente en el juzgado por ser mujer; ni por sus compañeros, ni por los funcionarios, ni por fiscales o letrados ni siquiera por los acusados. Pero el feminismo debe renovarse y seguir trabajando, porque la situación de las mujeres es muy diferente dependiendo de dónde se hable: no es lo mismo lo que ocurre en España que en muchos países de Asia, África o Sudamérica, donde los derechos están por conquistar. Allí hay que pugnar por lograr justicia básica, aquí por obtener representación en los consejos de administración o gobiernos. En resumen, por convertir la igualdad legal en real.
“Hay que transformar una situación legal en real”
MARIA ANTÒNIA COSCOLLOLA Magistrada del juzgado de instrucción número 24 de Barcelona