Balkrishna Doshi
ARQUITECTO, PREMIO PRITZKER
El hindú Balkrishna Doshi (90) obtuvo ayer el Pritzker 2018, el gran galardón arquitectónico mundial. Doshi ha llevado la modernidad a India, velando siempre en todas sus construcciones por el bienestar de los usuarios.
Balkrishna Doshi, arquitecto, urbanista y docente, se convirtió ayer en el primer indio en ganar el Pritzker, principal galardón para esta disciplina.
En la obra de Doshi, que tiene ya 90 años, confluyen la modernidad que revolucionó la arquitectura del siglo XX con una profunda comprensión de la arquitectura tradicional india. Nacido en Puna, formado como arquitecto en Bombay, Doshi viajó a París, donde trabajó con Le Corbusier, al que considera su gurú. Primero en proyectos diversos. Después fue uno de sus colaboradores en India cuando el maestro suizo se enfrentó a obras como Chandigarh. También en India, en Ahmendabad, colaboró con otro maestro moderno, Louis Kahn.
Doshi está considerado un precursor de las viviendas de bajo coste y alta calidad arquitectónica. No sólo porque contribuyen al bienestar de sus usuarios, sino porque fomentan también el sentido de comunidad al ser concebidas no como piezas aisladas sino como elementos para construir ciudad. Las viviendas baratas Aranya, en Indore, son un paradigma de esta tipología. Como indica el jurado del Pritzker, “su obra ha sido siempre seria, nunca llamativa o seguidora de modas. Su idea del planeamiento urbano, con la creación de espacios públicos, semipúblicos y privados, constituye un legado sobre su modo de entender las ciudades”. Otra obra destacable de Doshi, que completó un centenar de proyectos y dedicó parte de sus esfuerzos a la docencia, fundando escuelas de arquitectura como la de Ahmedabad, es Sangath, su propio estudio.
En sus últimas ediciones, el Pritzker, concedido por la norteamericana Hyatt Foundation, ha dado un giro a su palmarés. Tras premiar, en el último decenio del siglo XX y el primero del XXI, a la plana mayor del star system arquitectónico, se ha fijado, en años recientes, en profesionales en cuya obra laten preo- cupaciones de cuño más poético, esencial o social, o están más vinculados al propio entorno vital. En el 2014 y el 2016 obtuvieron el premio el japonés Shigeru Ban, conocido por sus construcciones ligeras, con materiales humildes, y el chileno Alejandro Aravena, que como Ban se ha destacado por sus soluciones constructivas en situaciones de emergencia. En el 2017, el premio fue para RCR, el equipo de Olot, autores de una arquitectura esencial, en relación estrecha con su medio natural.