Merkel desbroza el camino
Las mujeres toman las riendas de los dos grandes partidos de Alemania
Han sido meses de negociaciones agónicas a varias bandas, pero al final la canciller de Alemania en funciones, Angela Merkel, que lleva doce años y tres meses en el poder, será investida la semana próxima por el Bundestag (cámara baja del Parlamento) para un cuarto mandato. De no mediar acontecimientos inesperados en la gran coalición trabajosamente tejida por conservadores y socialdemócratas, Merkel gobernará cuatro años más.
A estas alturas, el rostro de la líder democristiana encarna la imagen misma de Alemania. Incluso circulan chistes sobre por qué los niños y niñas alemanes creen que un hombre no puede ser canciller. Los nacidos a partir del 2005 la han visto siempre al frente de su país, además de como figura preeminente en cumbres en el extranjero, casi siempre la única de su sexo en un océano de hombres poderosos. Y en su partido, la democristiana CDU, los veteranos recuerdan a Merkel ubicada en la cúpula de mando desde tiempos lejanos: secretaria general en 1998, presidenta desde el 2000.
A la gobernante más poderosa de Europa, una de las mujeres más influyentes del mundo, se le suman ahora nuevos rostros de mujer, dispuestos a tomar las riendas de los partidos. La sacudida propinada a la política alemana por las elecciones del pasado 24 de septiembre –en las que tanto democristianos como socialdemócratas perdieron centenares de miles de votos– ha impulsado a ambas formaciones a iniciar procesos de renovación, tanto programática como de personal, en los que están aflorando o consolidándose otros liderazgos femeninos.
Angela Merkel, de 63 años, consciente de que esta será probablemente su última legislatura, ha señalado a quien podría sucederla al frente del partido: Annegret Kramp-Karrenbauer, de 55 años, que a finales de febrero fue elegida secretaria general en un congreso de la CDU en Berlín. Mientras, el Partido Socialdemócrata (SPD), descabezado por la traumática dimisión de quien fue su presidente durante un año, Martin Schulz, se prepara para elegir en su lugar a Andrea Nahles, de 47 años, que cuenta con amplio respaldo del partido. La elección se hará en un congreso el 22 de abril en Wiesbaden, y Nahles será la primera mujer en presidir el SPD en sus 150 años de historia.
A partir de esa fecha, los dos grandes partidos de Alemania tendrán a una mujer en la cúspide. Y en las siguientes elecciones, en principio previstas para otoño del 2021, podrían disputarse la cancillería dos mujeres: Kramp-Karrenbauer por la CDU –hay convicción general de que Merkel no volverá a concurrir– y Nahles por el SPD. Si eso ocurre, será un hito. Y cuando Angela Merkel deje la Cancillería, es factible que algún día aspire a la jefatura del Estado, que actualmente ocupa el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier. De producirse así, sería la primera presidenta federal en la historia de Alemania.
Sin embargo, no todo son avances en ese ámbito. La descomunal figu- ra política de Merkel opaca otras realidades mucho menos deslumbrantes. Así, en el Bundestag surgido de las últimas elecciones ha descendido el porcentaje de diputadas.
Las mujeres representan el 30,9% de un hemiciclo de 709 escaños (el número de asientos varía en función de determinados equilibrios en los resultados electorales), mientras que en la legislatura anterior (2013-2017) representaban el 36,5% en una cámara de 631 escaños. El porcentaje alemán actual ha
RENOVACIÓN SOCIALDEMÓCRATA
FUTURAS CANDIDATAS Andrea Nahles será elegida presidenta del SPD en abril, la primera en la historia Todo sugiere que dos mujeres se disputarán la cancillería en el 2021: Kramp y Nahles
caído a los niveles de 1998, y está por debajo de casi todos los países de Europa occidental (en España es del 39,1%), aunque por encima de la media de la UE.
Las causas de esta caída de más de cinco puntos, que se plasma en un Parlamento de 490 hombres y 219 mujeres, son dos, según el análisis de la Fundación Heinrich Böll, dependiente del partido Alianza 90/Los Verdes. Por una parte, están la entrada en el Bundestag de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y el regreso al hemiciclo de los liberales del FDP, partidos ambos con muchos más hombres que mujeres en las candidaturas. En la AfD son 82 diputados y 10 diputadas, y en el FDP, 61 frente a 19.
La otra causa de la menor presencia femenina tiene que ver con el funcionamiento de la ley electoral, pero también con las dinámicas de relación interpersonal en el seno de los partidos, en una cultura política dominada por los varones.
Cada elector emite dos votos. Con el primero (Erststimme) elige el representante que desea para su distrito electoral (cada partido presenta un solo candidato por distrito). Con el segundo (Zweitstimme) indica su partido preferido, que presenta una lista en cada land. Si un partido logra más diputados de distrito en un land de los que le corresponderían por el segundo voto, el Bundestag genera más escaños para ese partido, y compensa a las otras formaciones. Dato importante: la CDU y su socia histórica, la socialcristiana CSU bávara, conocidas como la Unión, forman siempre un solo grupo parlamentario.
“La CDU/CSU y el SPD sufrieron pérdidas significativas en el segundo voto en comparación con el primero, así que, según el sistema, aumentó el número de diputados en esos dos partidos. Y como los candidatos de distrito de la Unión y del SPD suelen ser hombres, en consecuencia la proporción de mujeres también ha caído”, señala la Funda- ción Heinrich Böll. El grupo parlamentario de la CDU/CSU consta de 197 hombres y 49 mujeres, y el del SPD, de 89 varones por 64 mujeres.
En realidad, a los meandros de la ley electoral se superpone otra circunstancia de la que se lamentan a menudo las diputadas alemanas. En la designación del candidato de distrito pesan muchísimo las redes informales de contactos dentro del partido en ese lugar, redes que los varones tienen más tiempo de cultivar que las mujeres, quienes cargan con más tareas domésticas y familiares que atender. De ahí la desigualdad estructural. Y en la CDU, susurran algunas parlamentarias, el hecho de que la canciller y líder de la formación sea una mujer se convierte para algunos hombres en coartada de que “ya es suficiente”.
Los dos restantes partidos del espectro parlamentario, los ecologistas y la izquierdista Die Linke, tradicionalmente más paritarios en las candidaturas, presentan la situación inversa. En esta legislatura Alianza 90/Los Verdes tiene en sus escaños a más mujeres (39) que hombres (28), e igual le ocurre a Die Linke, con 37 diputadas y 32 diputados. Los dos únicos parlamentarios no adscritos son una mujer y un hombre, desertores ambos de la AfD; ella, Frauke Petry, llegó a ser la copresidenta del partido.
Pese al desfase de género en el Parlamento, el Frauenrat (Consejo de Mujeres), federación de 60 organizaciones femeninas dedicadas a la igualdad de oportunidades, considera que lo importante es que “en el próximo gabinete ministerial se respete la paridad, tal como han prometido la CDU y el SPD”. Según el pacto de gran coalición, a la CDU le corresponden 6 ministerios, otros tantos al SPD, y 3 a la CSU.
El partido de Merkel ya ha indicado quiénes serán sus ministros, y de ellos tres son mujeres: Ursula von der Leyen, de 59 años (Defensa, donde repite); Anja Karliczek, de 46 (Educación); y Julia Klöckner, de 45 (Agricultura). El SPD desvelará a los suyos mañana viernes, y entre los nombres que suenan está el de Katarina Barley, de 49 años. Podría ir a Exteriores, cartera nunca antes ocupada por una mujer, otro vuelco en la política alemana.
LA PUGNA POR EL DISTRITO Un mecanismo de la ley electoral y la dinámica de contactos favorecen candidatos masculinos
COMPROMISO DE PARIDAD La CDU y el SPD tendrán igual cifra de ministras que de ministros