Berlusconi asume que Salvini es el nuevo líder de la derecha italiana
Si el terremoto de las elecciones italianas dejó alguna sorpresa, con permiso de la fuerza del Movimiento 5 Estrellas (M5E), es el sorpasso de la Liga de Matteo Salvini, quien contra todo pronóstico superó en votos a la denostada Forza Italia de Silvio Berlusconi.
Dos generaciones de líderes, un populista joven (44 años) y el inventor del populismo europeo (81), se disputaban el liderazgo de la derecha italiana. Hasta ayer: el viejo caimán asumió que Salvini es el nuevo comandante de la coalición. “En el respeto pleno de nuestro acuerdo, apoyaremos lealmente el intento de Salvini de crear un gobierno”, dijo Berlusconi en una entrevista publicada en el Corriere della Sera. El tercer brazo de la alianza, Hermanos de Italia, igual de nacionalista, también le secunda. Italia es hoy más derechista, populista y xenófoba que la semana pasada.
En público, Berlusconi dice que está seguro de que la Liga conseguirá los apoyos necesarios para formar un gobierno de derechas y reivindica que su alianza es la verdadera ganadora de las elecciones, con el 37% de los votos. En privado no lo sabemos. También sigue presumiendo, pese al batacazo de sólo el 14% de votos para Forza Italia. “Millones de italianos me han confirmado una vez más su confianza”, alardeó. Hasta ayer, el ex primer ministro se había escondido de los resultados en su mansión y sólo había grabado un vídeo en el que decía que él seguirá liderando el partido y garantizando la unidad de la alianza de centroderecha.
Mientras, Salvini ya se ve primer ministro. Pese a que le faltan 53 escaños para llegar a los 316 que marca la mayoría absoluta, se muestra convencido de poder conseguirlos. “He hecho una campaña larga y clara bajo el eslogan Salvini primer ministro, la coalición ha obtenido 12 millones de votos. Si nos llaman, estamos listos para empezar a trabajar mañana ”, ha afirmado.
En su afán por conseguirlo, está mirando a todo el mundo excepto al M5E, ganador de las elecciones. Para él, una posible alianza entre ambas fuerzas populistas “es una fake news”. En lugar de ello, dice estar dispuesto a acoger a todo diputado de izquierdas que se tercie. No sólo mira hacia posibles críticos del Partido Demócrata (PD), sino que incluso ha abierto los brazos a Libres e Iguales, la formación surgida de una escisión del PD que veía a Renzi como demasiado derechista.
“Tengo el deber de escuchar a todos, también a Boldrini”, ha llegado a afirmar. Laura Boldrini, la presidenta del Parlamento, es su más archiconocida enemiga. Ambos se acusaron mutuamente de tener las manos manchadas de sangre después del asesinato de una joven italiana en Macerata a manos de un nigeriano, y del posterior tiroteo de un ultraderechista a seis personas de raza negra. No es realista pensar que nadie de esta izquierda llegue a secundar las posiciones ultraderechistas y populistas sobre inmigración o impuestos de Salvini.
Aunque ha obtenido el 17,4% de los votos, los italianos ven con temor que Salvini pueda llegar al palacio Chigi. Según un sondeo publicado ayer por La 7, sólo el 21% quieren que forme gobierno frente al 40% que confían en el grillino Luigi di Maio. El presidente de Confindustria –la patronal– también ha dicho que no le da miedo un gobierno del movimiento antisistema.