La guerra del acero del 2002
La Comisión Europea se ha mostrado sumamente rápida en elaborar la lista de productos represaliados. Probablemente le ha ayudado rebuscar en los cajones hasta encontrar las medidas adoptadas en el 2002, a raíz de los aranceles sobre el acero aplicados por el presidente George W. Bush. Hubo represalias europeas y finalmente, en diciembre del 2003, 21 meses después, Estados Unidos retiró los aranceles. Ayer lo recordó la comisaria Malmström, añadiendo que la operación costó “miles de puestos de trabajo en Estados Unidos”. Bush tuvo dificultades en justificar la retirada de los aranceles, acusado por sus rivales políticos por lo que consideraron una cesión. En el 2018, otro presidente norteamericano, Donald Trump, tiene una tentación proteccionista parecida. Lo llevaba en su programa y ahora, después de 13 meses en la Casa Blanca, pasa a la acción. Se escuda en el argumento de la seguridad nacional, pero vista desde Bruselas la operación tiene una marca de proteccionismo sin matices. Hay un problema de sobreproducción mundial de acero, dijo Malmström, pero esta no es la fórmula para solucionarlo.