El político que no deja indiferente
Santi Vila reclama la libertad de los políticos independentistas presos como paso previo para recuperar el diálogo
No es seguro que sea la “oveja negra del independentismo”, como le define la editorial. Lo que sí lo es, en cambio, es que Santi Vila (Granollers, 1973) es un político que, con sus opiniones fuera de toda ortodoxia partidista, no deja indiferente a nadie. Y por ello no es aventurado presagiar que esta es la sensación que causará su último libro, De héroes y traidores, editado por Península en castellano y Pòrtic en catalán y que ayer fue presentado en la Casa del Llibre de Barcelona.
Una presentación que corrió a cargo del director de La Vanguardia, Màrius Carol, y que despertó gran expectación, con la presencia de representantes del mundo político como Miquel Iceta, Ramon Espadaler, Joana Ortega, Roger Muntañola, Santiago Fisas, Anna Balletbò o Xavier Trias, que llegó cuando el acto ya había concluido, o del mundo empresarial como Joaquim Gay de Montellà, Isaac Andic, Mariona Carulla, Felip Massot, Carlos Colomer o el mismo presidente del grupo editorial Planeta, que engloba a Península y Pòrtic, José Creuheras. La expectación era para conocer el contenido de una obra –en un día a la venta ha llegado a la segunda edición en su versión original, la castellana– que analiza los errores cometidos en los últimos años tanto por el soberanismo como por el Gobierno de Mariano Rajoy en relación a la cuestión catalana y relata los últimos días del Govern de Carles Puigdemont –desde el referéndum del 1-O hasta la “semana trágica” que desembocó en la declaración de independencia del 27 de octubre en el Parlament–, que él dejó justo el día antes.
El libro, escrito “en defensa propia”, tiene, según el propio autor, “vocación terapéutica”, con intención de “explicarme y justificar como una persona que ha defendido la catalanidad tiene que salir de la política de esta manera”, después de verse transformada de héroe en traidor. Una obra “subjetiva”, pero “sin acritud ni resentimiento”, a pesar de que “motivos no han faltado”, que en su primera parte explica la experiencia vivida con “honestidad y rigor” y en la segunda propone volver a hacer practicable el terreno de juego de la política para evitar que el problema se cronifique. No contiene, no obstante, soluciones mágicas, pero sí la apuesta, como ha hecho siempre, por el diálogo y la negociación, aunque considera imprescindible como paso previo para hacerlos posibles la liberación de los políticos independentistas presos y el regreso de los dirigentes desplazados a Bruselas, porque de lo contrario “no saldremos de esta circunstancia extrema”.
Retirado de momento a los cuarteles de invierno de la empresa privada y la docencia universitaria, Santi Vila aprovecha De héroes y
traidores para reivindicar, más allá de su pertenencia primero a CDC y después al PDECat, su condición de “verso libre”. “Es nuestro Maragall”, recuerda que un día dijo de él Artur Mas. Y aunque no da pistas sobre su futuro, no hay que descartar nada, porque, como subrayó Màrius Carol, “tiene ganas de ayudar a rehacer la centralidad en nuestro país”. Tiempo al tiempo.