Mujeres que lucen el delantal por placer
La cocinera Ada Parellada celebra su anual cena femenina
Hay muchas formas de homenajear a la mujer. Para la cocinera Ada Parellada la mejor manera es ponerle el delantal: “En el ámbito doméstico la mujer siempre ha sido la que ha trabajado. He querido darle al delantal el significado de liberación –explica Ada. Las mujeres nos lo ponemos para cocinar, pero por placer”. Por eso desde hace nueve años, coincidiendo con el día internacional de la Mujer, celebra en su restaurante barcelonés Semproniana, la Festa del Davantal. El lunes, la restauradora invitó a 40 mujeres de ámbitos diversos a compartir una cena entre risas y confidencias. Eso sí, antes se tuvieron que poner el delantal para preparar el menú.
Carme Forcadell era la primera vez que asistía a la Festa del Davantal “Muriel Casals me comentaba lo bien que se lo pasaba”, dijo mientras cortaba en juliana la lechuga en el taller de tartar de salmón, que impartía Lucía. Allí también Itziar Castro contaba chismes de los Goya, donde acudió como nominada a actriz revelación.
En la mesa de al lado preparaban un trinxat, siguiendo las indicaciones de Cristina, Abi Sisquella (la hermana de la periodista Tatiana), Txé Arana y las payasas Angie Rosales (Pallapupes) y Pepa Plana, que afirmó “aquí nos ponemos el delantal y trabajamos juntas”.
Helena Rakosnik confesó estar “enganchada a esta festa del Davantal”. Le tocó el taller de rollos vietnamitas (nems) que enseñaba Sergi, y donde también estaba la actriz Anna Sahún. Santi, el marido de Ada, dirigía el taller de pepino en el que estaban algunas de las más veteranas de esta cita, como Anna Tarrés o las escritoras Ada Castells y Eva Piquer. Núria Ribó destacó que “hay muy buen rollo” y Magda Oranich que “es una cita sagrada”. Txell Bonet, por su parte, explicaba cómo eran sus viajes semanales a Soto del Real para ver a su marido Jordi Cuixart.
Por último, estaba el taller de postres, del que se encargaba Laura, y donde se integraron, las actrices Cristina Brondo y Cristina Dilla y las periodistas Ariadna Oltra y Xantall Llavina, que aseguraba que “la festa del Davantal es lo único que puede motivar para salir de casa un lunes por la noche”.
Llega la hora de la cena y todas las invitadas se sientan en las seis mesas preparadas. La transformista Brigitta Lamoure, micrófono en mano, da las indicaciones pertinentes, llenas de humor, el mismo que luego ponían las participantes para explicar cada plato. La cena llega a su fin, pero no la amistad surgida entre un grupo de mujeres que una vez al año se liberan luciendo un delantal.