El fútbol vence al jeque
El dinero no da la felicidad, dice un refrán tramposo creado para consolar a los pobres. Pero aplicado al fútbol algo de razón tiene. El presidente del PSG, Naser al Jelaifi, brazo ejecutivo del emir de Qatar Tamim al Thani, pensó que el balón sería controlable a base de billetes. Y no. Los dos fichajes más caros de la historia, Neymar (222) y Mbappé (180), el primero tras una demostración de poder al arrebatarle el jugador al Barcelona, no han elevado el potencial parisino, si acaso lo han enrevesado. Es evidente que tener a los mejores futbolistas ayuda a ganar títulos pero la fórmula del éxito pasa por otro elemento que ese equipo no tiene: sentido colectivo para trascender. Al contrario, en el PSG han aflorado peleas de gallos que han arruinado cualquier opción de triunfo más allá de una liga francesa que el PSG ha liquidado en todos los sentidos.
Habrá que estar atentos a los nuevos movimientos del jeque, que abandonó el palco del Parque de los Príncipes antes de que el Madrid, jerarca del fútbol tradicional europeo, acabara sin un rasguño. Ni siquiera Al Jelaifi tiene el puesto asegurado.
La UEFA, mientras tanto, vigila al PSG. Le quedan escasos meses a su gerencia para que los números cuadren. La eliminación no ayuda. Si no saldan 45 millones de aquí al cierre del ejercicio romperán los límites del fair play financiero, el balance entre ingresos y gastos. En el 2014 ya fueron sancionados al considerarse infladas sus ganancias por patrocinio. /