Muchos cromos, ningún equipo

Un equipo que no tiene química en la cocina no puede tener un buen maridaje en la mesa. Eso es lo que le ocurre en los grandes escenarios al PSG, una colección de jugadores de fama que a la hora de la verdad no mezclan de la manera adecuada. Como prueba, dos ejemplos. El primero, en el Bernabeu ni Neymar ni Mbappé le dieron un solo pase a Cavani, circunstancia antinatural tratándose del delantero centro del equipo. En el Parque de los Príncipes el francés y el uruguayo sólo combinaron una vez. Los celos y las luchas de egos han estado a la orden del día. Sólo cabe recordar la discusión por ver quién tiraba los penaltis, lo que produjo algunas imágenes sonrojantes. El martes el PSG no jugó nunca como un equipo, ni en el momento de atacar ni cuando tuvo que protegerse. “Este verano gastamos 400 millones de euros y dijimos que era para cambiar y al final ni pasamos de ronda”, resumió el alemán Julian Draxler, uno de los damnificados de la temporada tras los fichajes de Neymar y Mbappé. Otro de los retratados con la eliminación es Verratti, a quien la prensa francesa acusa de falta de madurez por su expulsión y por no evolucionar como futbolista. Se le pone como paradigma del estancamiento continental del PSG. Ante este panorama se extiende el temor sobre el futuro de Neymar lejos de París. Si el proyecto no le convence estará tentado de cambiar de aires. /