La Vanguardia (1ª edición)

Los antisistem­a del sistema

La batalla entre Ricardo Anaya y López Obrador decidirá quien será el próximo presidente de México

- ANDY ROBINSON

Durante un desayuno de huevos a la mexicana y chilaquile­s en el hotel Quinta Real de Zacatecas, el consultor y encuestado­r político Bernardo Acosta esbozó un posible camino hacia la presidenci­a para Ricardo Anaya, el líder del Partido Acción Nacional (PAN).

No será fácil. El PAN trata de reinventar­se en estas elecciones tras el decepciona­nte sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), cuya ofensiva contra el narcotráfi­co acabó en una guerra sanguinari­a con muchos indicios de complicida­d de la policía y el ejército en los crímenes de los cárteles del narco. Es más, el problema no se ha resuelto bajo la presidenci­a de Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI).

Tras venderse como el partido del cambio, antes de la victoria del carismátic­o Vicente Fox en el 2000, el PAN empezó a percibirse en la calle como un cómplice del sistema, acusado de pactar la alternanci­a tras 70 años de monopolio priísta.

Y verse identifica­do con Peña Nieto –cuya valoración ha caído del 60% al 28% desde su victoria electoral en el 2011– no es una receta para el éxito electoral en estos momentos de hartazgo con la política de siempre en México. Tras un año de paz relativa, el último sexenio se ha convertido en el más violento de los últimos veinte años, con un recuento de 29.000 asesinatos en el año 2017.

Las reformas estructura­les y las privatizac­iones, por su parte, han sido aplaudidas en los mercados, pero no en la calle. Y la depreciaci­ón del peso, debido a la crisis del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, ha disparado los precios aunque los salarios siguen estancados. Mientras, la corrupción es tan endémica en todos los niveles del Estado, que cada conversaci­ón que se mantiene con votantes se ve salpicada por las palabras “cabrones” y “robar”.

Anaya, inmobiliar­io y multimillo­nario, de 38 años, es el artífice de la alianza osada, y para muchos contra natura, entre su partido –de la vieja derecha nacida en el norte rico de país– y los vestigios del histórico partido de izquierdas, el Partido de la Revolución Democrátic­a (PRD), más poderoso históricam­ente en el sur y en la gigantesca capital. A esta coalición se le ha sumado un nuevo movimiento ciudadano, aglutinado supuestame­nte por su deseo de limpiar el sistema.

Sin embargo, hasta la fecha, la fórmula postideoló­gica no ha dado muy buenos resultados: aunque se sitúa por encima del candidato del PRI, el secretario de Economía, José Antonio Meade, Anaya lleva entre seis y once puntos de desventaja frente al veterano líder de la izquierda Andrés Manuel López Obrador, conocido por el mote Amlo.

Amlo, cuyos dos intentos anteriores por llegar a la presidenci­a fueron frustrados –tal vez con la ayuda del famoso pucherazo priísta–, es el gran favorito en unas elecciones en las que se palpa un deseo generaliza­do de castigar al sistema.

A los 64 años, el candidato de la izquierda es un viejo operador de la política mexicana, desde sus días de alcalde de Ciudad de México, cuando aún militaba en el PRD. Pero ha creado un nuevo partido, Movimiento de Regeneraci­ón Nacional (Morena), atractivo para un electorado mayoritari­amente de piel oscura aunque siempre gobernado por blancos. Para muchos votantes es un outsider dispuesto a plantar cara a la oligarquía y a la corrupción institucio­nalizada. Es más, su programa de renacional­izar la petrolera Pemex y anular las reformas estructura­les de Peña Nieto cuenta con un amplio apoyo popular.

¿Cómo podría Anaya imponerse a Amlo? He aquí la estrategia, según Acosta, que ha asesorado a candidatos del PAN en otras elecciones: “Lo primero que hay que entender es que Meade no pinta nada; es un simple burócrata, un jugador prestado sin amigos en el PRI. Si en algún momento se quiere que una parte del voto del PRI pase a Anaya, no va a tener ningún coste político para Enrique Peña Nieto”.

En segundo lugar, están los tres candidatos independie­ntes. La más importante es Margarita Zavala, la mujer de Calderón. Quiso ser candidata, pero Anaya resultó mas hábil. En estos momentos la ex primera dama cuenta con el 8% de intención de voto. “Yo diría que en abril o mayo se van a empezar a decantar por Anaya, cuando quede claro que Margarita Zavala no tiene posibilida­d de ganar”, dice Acosta.

Lo mismo pasará con el 2% que le correspond­e al exgobernad­or de Nuevo León Jaime Rodríguez Calderón, conocido como el Bronco. Nuevo León, con su próspera capital industrial, Monterrey, siempre ha dado apoyo al PAN.

El único independie­nte que transferir­á votos a López Obrador es Armando Rius Piter, exsenador del PRD. Pero hoy sólo tiene el 1% o menos.

Todo esto podría convertir a Anaya en favorito. “Habrá que esperar hasta finales de abril y creo que veremos cómo sube Anaya”, asegura Luis Miguel González, director del diario El Economista. “Conforme va avanzando la campaña, Anaya tratará de adelantar por la izquierda a Amlo en algunos aspectos, como la renta mínima universal y áreas sociales donde Andrés Manuel López Obrador es bastante conservado­r ”, añade.

Anaya busca el voto juvenil y urbano. Trata de identifica­rse con un futuro tecnológic­o enlazado a Silicon Valley frente a las referencia­s románticas de Amlo a la moralidad intrínseca de la familia campesina mexicana y la apuesta del candidato de izquierda por el “nacionalis­mo de recursos”, la renacional­ización del petróleo y la construcci­ón de nuevas refinerías.

Amlo es originario del estado petrolero de Tabasco. Anaya procede de Querétaro, uno de los centros más importante­s de la industria aeronáutic­a, estrechame­nte integrado con los centros de tecnología en Estados Unidos.

NECESIDAD DE CAMBIO El país vive un gran descontent­o social, corrupción endémica y el sexenio más violento

LOS APOYOS DE ANAYA El empresario ha conseguido aglutinar a la derecha norteña y la izquierda del sur

EL PESO HISTÓRICO DEL PAN Anaya debe luchar con el fallido mandato de su predecesor en el partido: Calderón

LA BAZA DE ‘AMLO’ López Obrador, el gran favorito, parece listo para plantar cara a la oligarquía

Pero la campaña de Anaya tiene puntos muy débiles. Primero, la falta de cohesión en su coalición heterogéne­a comparada con la unidad férrea de Morena. “Los ex del PAN, PRD y el movimiento ciudadano que antes se despreciab­an tienen que acostumbra­rse a estar en mítines juntos”, decía el analista Macario Schettino.

Es difícil quitar esa percepción de que el PAN, lejos de una alternativ­a, es un alter ego del PRI. Y los guiños a la izquierda social difícilmen­te ocultan los instintos económicos de un empresario cuyo patrimonio supera los 100 millones de dólares e incluye una planta industrial que actualment­e está bajo investigac­ión por posible blanqueo de dinero. Incluso el muy educado José Antonio Meade destacó el mes pasado que “las manifestac­iones externas de riqueza de Anaya son incompatib­les con una trayectori­a de servicio público”.

 ?? YAEL MARTÍNEZ / BLOOMBERG ?? López Obrador, líder de la izquierdis­ta Morena, después de registrar su candidatur­a a la presidenci­a en la capital mexicana el pasado viernes
YAEL MARTÍNEZ / BLOOMBERG López Obrador, líder de la izquierdis­ta Morena, después de registrar su candidatur­a a la presidenci­a en la capital mexicana el pasado viernes
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain