La guerra del acero y la tasa digital centran la cita de Finanzas del G-20
Calma aparente y sin las declaraciones altisonantes de otras citas recientes, pero la tensión discurre por debajo de la mesa de negociaciones. La primera reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 de la presidencia argentina comenzó ayer con la extrema discreción de las principales potencias y acabará hoy con un comunicado que probablemente no podrá esconder la guerra proteccionista que tiene a EE.UU. en un extremo y a China en el otro, con la UE tratando de ponerse de acuerdo en el tono de sus críticas a las políticas de Donald Trump.
Desde que llegó a la Casa Blanca hace algo más de un año, Trump bombardea con sus medidas cualquier consenso en este tipo de cumbres. En esta ocasión, los aranceles extraordinarios impuestos por Washington del 25% para las importaciones de acero y del 10% para las de aluminio centran una cita donde China jugaba ayer a la discreción y la UE a la conciliación.
“Dividir a Europa no puede ser del interés el gobierno de EE.UU., y no lo conseguirá”, declaró el ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, al periódico Handelsblatt antes de viajar a la capital estadounidense para abordar el tema. A Buenos Aires ha viajado el flamante titular de Finanzas, el socialdemócrata Olaf Scholz, que también es vicecanciller y por tanto número dos del nuevo gobierno de coalición de Angela Merkel. Los aranceles extras al acero y al aluminio son sobre todo un golpe a la sobreproducción china de esos metales pero también a los excedentes alemanes.
Aunque el comisario de Economía de la UE, Pierre Moscovici, insiste en que los impuestos que Europa pretende aprobar contra los gigantes tecnológicos estadounidenses, como Facebook, Google o Amazon, no son una represalia contra las políticas de Trump, las tasas a la economía digital también fueron objeto de duro debate en la jornada de ayer en el marco de esta larvada guerra comercial.
La paradoja es que la última batalla de esta guerra se libra en Argentina –por primera vez el G-20 se reúne en Sudamérica–, un país que hasta hace dos años era ultraproteccionista y ahora debate permanentemente, en el seno del gobierno de Mauricio Macri, avanzar más rápidamente hacia el libre comercio, eliminando todas las trabas que aún perviven del kirchnerismo.