El papel de los políticos
Soy mayor, no viejo, sólo tengo 85 años, y he aprendido que con estos años no sirves para ser enemigo de nadie y que mis puntos de vista no valen para ser publicados mediante esos mensajes electrónicos con palabras limitadas y escritos en su mayoría con el corazón y no con el cerebro.
Soy catalán, barcelonés, por nacimiento y sentimiento y he estudiado la historia de Catalunya en libros serios, de los que después de cada capítulo documentan todas sus fuentes.
Me atrevo a decir que el pueblo catalán tiene una gran cantidad de virtudes de las que nos podemos sentir orgullosos y que han provocado la admiración de nuestros vecinos de aquí y de allá.
Pero, he aquí un gran pero, igual que hay tierras donde se dan bien los garbanzos o el azafrán, aquí lo que no se da bien desde hace mil años, digo mil, son los políticos, pues en toda esa época es difícil encontrar uno (supongo que me puedo permitir exagerar un poco) que, aparte de otras cosas, haya hecho la política apropiada en momentos importantes para Catalunya.
El defender una causa justa y con razón queda para los idealistas. El político lo que tiene que recordar es que la política es el arte de lo posible, y así, con sus más y sus menos, avanza el mundo.
Dejemos a los filósofos, pensadores, religiones, científicos, ingenieros que desarrollen su cometido en nuestro país y tengamos políticos, a ser posible, con inteligencia y cultos, pero sin fanatismos ni verdades y palabras absolutas o intocables.
FRANCISCO ABAD GÓMEZ Suscriptor Vilassar de Dalt