La Vanguardia (1ª edición)

Los arrebatos del líder

El Barça, que destaca por ser controlado­r, sólido y quirúrgico, se desata en momentos escogidos

- CARLES RUIPÉREZ Barcelona

El Barça lleva en lo más alto de la clasificac­ión desde la jornada tres. Desde principios de septiembre, los blaugrana han puesto un ritmo endiablado, sumando de tres en tres, que nadie les ha podido aguantar. La regularida­d ha sido su mejor arma pero el líder invicto de la Liga se aferró en Sevilla a la épica. Porque hay veces que el Barça, tan sólido, contenido y quirúrgico con Valverde, se desata. Se convierte en un torbellino. Se lo lleva todo por delante. Y entonces el rival empieza a acordarse de las ocasiones que tuvo y que perdonó. En 53 segundos, Luis Suárez y Leo Messi marcaron dos goles en el Pizjuán que perpetúan la racha del Barcelona, que añade esos arrebatos de fútbol loco a su temible cordura.

No hay un equipo más racional y cerebral que el Barcelona, que pretende dominar y controlar sus partidos de principio a fin. Eso es, a grosso modo, lo que significa el juego de posición. Para atacar bien hay que ser metódico, ocupar los espacios correctame­nte, abrir el campo y jugar por dentro. El correcalle­s de idas y venidas no le interesa. Se volvió a demostrar en el Sánchez Pizjuán que sufre mucho en las transicion­es rápidas, y más si Sergio Busquets no está.

La identidad del Barcelona pasa por querer imponer la lógica a este deporte. Que siempre gane el que juegue mejor y el que tenga al mejor, algo que no siempre sucede. Pero su objetivo es el sometimien­to del rival. Por eso, le cuesta horrores vencer cuando no puede hacer su fútbol o le roban el balón.

Pero hay veces que con el librillo no vale, se queda corto y entonces hay que improvisar. Como sucedió el sábado, un poco a la desesperad­a, con un media hora de un Messi al rescate. O simplement­e que la calidad se desborda como un torrente, dentro de un gran partido. O que el espíritu competi- tivo hace que aproveche un mal momento del rival para sentenciar­lo. Los arrebatos del Barça ya no son novedad. Y cuando el Barça entra en trance los goles caen seguiditos.

Lo comprobó el Betis en la primera jornada que en un visto y no visto, entre el 36 y el 39, se vio con un 2-0 en contra. A los verdiblanc­os los volvió a atropellar otro momento de bendita locura en el Villamarín con tres goles en diez minutos de la segunda mitad, entre el 59 y el 69, obra de Rakitic, Messi y Suárez. Piqué y Suárez se aprovechar­on de que los derbis contra el Espanyol duran 90 minutos. Mientras que el Eibar se pensó que se volvía a meter en el partido cuando Enrich batió a Ter Stegen en la primera vuelta pero Messi (59 y 62) hizo un doblete que le devolvió a la cruda realidad.

En la Champions, la rauxa la sufrió el Olympiacos en tres minutos mágicos de Messi y Digne. Mientras que en la Copa del Rey las víctimas fueron el Murcia y el Celta, contra los que el Barça solventó en un santiamén sus eliminator­ias con dos goles consecutiv­os. Del 52 al 56 en La Condomina y del 13 al 15 frente a los vigueses en la vuelta. Una voracidad en minutos ful-

Betis, Espanyol, Eibar, Celta, Murcia y Olympiacos sufrieron antes que el Sevilla a los blaugrana en trance

gurantes que puede servir ahora mucho para el duelo ante el Roma, como ya pasó en el 2015 en la semifinal frente al Bayern con un Messi desencaden­ado que sentenció ya en la ida.

Esos arranques impetuosos empiezan a ser una marca. Igual que otra de las constantes de este curso es que el Barça desgasta en la primera mitad para aplastar en la segunda, incluidos los minutos finales donde podría bajar los brazos. Pero no. Con los dos del Pizjuán, ya son 14 goles en los últimos cinco últimos minutos (el 13% de los 109 celebrados). Messi, Suárez y Paulinho son los reyes.

Guardiola tuvo ataques de genio como el falso nueve, el descubrimi­ento de Busquets y la valentía con Pedro y el fútbol se lo devolvió con golpes de suerte como Iniesta en Stamford Bridge, Pedro en Mónaco y Messi en Abu Dabi. Luis Enrique quiso y logró ser imprevisib­le. Valverde ha conseguido juntar al equipo y devolverle la consistenc­ia pero se deja llevar por esos arrebatos del Barça.

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 ?? RAÚL CARO / EFE ?? Más que un punto Titulares y suplentes del Barcelona celebran con una piña el gol de Messi en el minuto 89 que evitaba la derrota en Sevilla
RAÚL CARO / EFE Más que un punto Titulares y suplentes del Barcelona celebran con una piña el gol de Messi en el minuto 89 que evitaba la derrota en Sevilla

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