La Vanguardia (1ª edición)

Inesperado éxito español en el Europeo de Bucarest

Los especialis­tas españoles recogen trece medallas en Rumanía, un hito insospecha­do unos pocos años atrás

- SERGIO HEREDIA

El sábado, Josué Brachi tuiteó: “Nuestra referente. El espejo en el que mirarnos todos los días. La que nos enseñó que podíamos ganar a cualquiera”. Brachi, que acababa de proclamars­e campeón de Europa de halterofil­ia en categoría de hasta 56 kilos, ilustró el texto con una imagen: allí estaba Valentín (33), en lo alto del podio, un clásico. Cuatro títulos europeos la acreditan. El del 2014, el del 2015, el del año pasado y este, el que ha conseguido en estos días en Rumanía.

La cifra de medallas de Valentín se pierde. También tiene oros olímpicos y mundiales.

En Izvorani, cuarenta kilómetros al norte de Bucarest, ha sumado tres. Una en arrancada, una en dos tiempos y una tercera en el total.

Y el mundo de la halterofil­ia se prepara para premiarla. Pronto viajará a Georgia. Le darán el galardón a la mejor levantador­a del mundo, un premio que concede la Federación Internacio­nal de Halterofil­ia (IWF) cada año, y que se nutre de los votos de miles de especialis­tas. Diecisiete mil de ellos la han votado.

–Valentín es un referente, claro. Es un ejemplo de lo que necesita la IWF: una deportista limpia y bien considerad­a. Alguien que demuestre que se puede ganar medallas haciendo bien las cosas –dice Constantin­o Iglesias.

Iglesias es el presidente de la halterofil­ia española. El hombre que está presencian­do el boom de los halterófil­os españoles. Trece podios han logrado en Izvorani. Nunca lo hubieran dicho. Hasta ahora, rondaban las cinco o seis medallas. Y en el pasado, ni eso. –Pensábamos en triunfar. Esperábamo­s grandes cosas. Pero sinceramen­te, no tanto... –dice Iglesias, que suma dos años en el cargo.

Entre los aspirantes a algo grande figuraba Brachi. Es uno de los alumnos aventajado­s de la escuela española. Y quién sabe, tal vez el heredero de Valentín. En Rumanía ganó dos títulos: se impuso en arrancada y en el total.

EL NÚCLEO DURO El CAR de Madrid ha becado a 17 especialis­tas españoles: la mayoría de ellos también estudia

EL VETO Siete potencias mundiales fueron vetadas en Rumanía; tres halterófil­os suyos dieron positivo del 2008 al 2012

Iglesias, que atendía a La Vanguardia por teléfono, desde Rumanía, no cabe en sí. Los españoles han acabado cuartos en el medallero. Algo así no había ocurrido antes. El asunto es una paradoja. La Española maneja un presupuest­o de 900.000 euros. Italia, séptima en el medallero, ronda los cuatro millones. –¿A qué responde este éxito? –Por supuesto, al hecho de que un buen abanico de países han sido excluidos –dice Iglesias.

La IWF ha vetado a Rusia, Armenia, Turquía, Moldavia, Ucrania, Bielorrusi­a y Azerbaiyán. Aparecen entre las grandes potencias mundiales. También, entre las tramposas. Todas ellas tienen a tres o más halterófil­os suspendido­s por dopaje. Sus positivos son revisiones de controles efectuados entre los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012.

–Aunque estamos trabajando muy bien: si los países excluidos no hicieran trampas, nosotros seguiríamo­s ahí arriba –matiza.

Buena parte del núcleo de especialis­tas españoles permanece concentrad­o en el CAR de Madrid. Lo hacen 17 de ellos. Están becados, y también han recibido ayudas a través del programa Premium de Telefónica. La mayoría de ellos estudian. Serán dietistas, nutricioni­stas, criminólog­os... Aunque invierten entre tres y cuatro horas diarias en el gimnasio. Dos por la mañana y otras dos por la tarde.

–En el sentido deportivo, son profesiona­les –dice Iglesias. En el económico, no tanto. Salvo Valentín, que cuenta con patrocinad­ores y ayudas diversas –es una marca en sí misma–, el resto depende del día a día. Su beca se prorroga año tras año, en función de los resultados. Y nunca hablamos de grandes cantidades: sus ingresos van entre los 20.000 y los 40.000 euros anuales. Entre ellos aparecen Andrés Mata, David Sánchez, Irene Martínez o Alberto Fernández. Todos, medallista­s en Rumanía. Y apenas veinteañer­os. –Pero todos ellos están dispuestos a llegar a Tokio 2020. Han tomado a Lydia Valentín como referente, y tras ella que van.

El efecto Valentín ha elevado la halterofil­ia española a cotas insospecha­das. La mujer ha entrado en el circuito.

–En el último Campeonato de España sub-17, había casi tantas chicas como chicos. Y también nos va llegando gente desde el crossfit.

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ROBERT GHEMENT / EFE Tetracampe­ona Lydia Valentín levanta 115 kilos en arrancada, el sábado en Izvorani, cuarenta kilómetros al norte de Bucarest. En total, ha sumado tres títulos en estos Europeos

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