La Vanguardia (1ª edición)

Matinal de empate, poco público y críticas en Cornellà

Los blanquiazu­les se quedan sin ideas y sin gol ante un Alavés plano que sí consigue su objetivo

- RAMÓN ÁLVAREZ

Un desierto sin oasis que puedan mitigar la sed. Eso es lo que espera al Espanyol de aquí a final de Liga. Ocho áridas jornadas en las que no puede aspirar a otra cosa que a mantener el tipo de la mejor forma posible. Ayer fue incapaz de hacerlo ante un Alavés que llegó a Cornellà con la imperiosa necesidad de puntuar y consiguió hacerlo sin demostrar otra cosa que la determinac­ión que faltó a los blanquiazu­les en un primer período de dominio estéril y en un segundo que se convirtió en un quiero y no puedo.

Volvió Quique Sánchez Flores a hacer cambios en su once evidencian­do que, a estas alturas, aún no ha encontrado un equipo tipo. Ni lo encontrará. Víctor Sánchez regresó al lateral derecho para que Marc Navarro se quedase de entrada en el banquillo, y tanto a Bapna tistão como a Piatti también les tocó esperar su oportunida­d. Su rendimient­o en los últimos choques no había sido el esperado por el técnico, que decidió sustituirl­os por Jurado y Sergio García.

Tampoco eran necesarios demasiados experiment­os para jugar ante un Alavés plano que llegaba a Cornellà después de haber encadenado tres derrotas, en el que Abelardo apenas había realizado algunos ajustes, como sacar a Burgui y Guidetti de inicio, y que saltó al césped con la única intención de atrinchera­rse en su campo y salir a la contra siempre que no resultase demasiado arriesgado.

Y así ya pudo salir el Espanyol a jugar, a triangular y a gustarse con Víctor Sánchez y Aarón al ataque y Granero y Jurado combinando y alternándo­se por el centro. Porque el dominio local volvió a ser en balde y los blanquiazu­les no lograron hilvanar una ocasión clara hasta que Aarón envió una vaseli- al larguero ya en el 42. Todo lo demás no fue más que un gran rondo. Nada nuevo bajo el sol de Cornellà. Y la afición, escasa, optó por abuchear a Pau López cada vez que tocaba un balón, a corear el nombre de Diego López o bien a invitar al técnico a tomar el camino de salida. La otra opción, probableme­nte la mejor, era bostezar.

Tampoco demostró nada el Alavés en esos minutos, cierto, pero sí dejó a las claras que atrae más a los suyos y, por primera vez en la historia de Cornellà, el sector de la afición visitante estuvo más nutrido y por momentos hizo más ruido que la grada de animación local, ayer de vacaciones. No es exagerado decir que en esos primeros 45 minutos lo más destacado que sucedió en el césped fue la amarilla que vio Víctor Sánchez, la quinta de su cuenta y un nuevo experiment­o pendiente para el técnico el próximo domingo en Mestalla.

Tal y como pintaban las cosas, Sánchez Flores decidió faltar a su costumbre y realizó dos cambios de golpe para iniciar el segundo período: Piatti y Melendo sustituyer­on a Granero y Jurado por las bandas. A falta de otras alternativ­as, algo de chispa para tratar de encender un partido apagado no parecía mala idea. Y sí, los dos recién llegados pronto se convirtier­on en los mejores de su equipo y

La grada, semivacía, exigió la marcha del técnico y pidió “once Wakasos” cuando saltó el exespañoli­sta

consiguier­on imprimirle algo de alma. El Espanyol jugó con ellos sus mejores minutos y la grada por fin despertó para ponerse a animar a los suyos. Pero ni por esas. El partido se animó, el Alavés salió de su guarida al ver que era posible dar la sorpresa y llegaron por fin las ocasiones a ambas áreas... pero nada de nada.

Hernán Pérez también tuvo ocasión de volver a jugar en Cornellà en el tramo final del partido, aunque tampoco demostró nada especial con la camiseta del Alavés. Si acaso, menos ansiedad que cuando jugaba con la del Espanyol, adonde regresará al final de temporada. Cuatro exespañoli­stas llegaron ayer a jugar en las filas rivales, ya que al uruguayo se sumaron Rubén Duarte, Burgui y Wakaso, a quien la grada aclamó cuando salió por Munir al grito de “queremos once Wakasos”. Pero el Espanyol no conserva ni el original ni su espíritu.

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 ?? TONI ALBIR / EFE ?? Insuficien­te La reaparició­n de Sergio García como titular no evitó que su equipo diese una pobre imagen y se quedase sin gol, aunque el ariete dispuso de una ocasión clara al final
TONI ALBIR / EFE Insuficien­te La reaparició­n de Sergio García como titular no evitó que su equipo diese una pobre imagen y se quedase sin gol, aunque el ariete dispuso de una ocasión clara al final

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