Colau, obligada a enterrar sus dos grandes proyectos
La falta de aliados impide impulsar la multiconsulta y el tranvía por la Diagonal
A falta de un año para las próximas elecciones municipales, el mandato de Ada Colau puede considerarse agotado. El pleno de ayer tumbó los dos grandes proyectos de la alcaldesa de Barcelona: la celebración de la multiconsulta y la prolongación del tranvía por la Diagonal.
El pleno municipal de ayer enterró los dos grandes proyectos del gobierno de la alcaldesa Ada Colau: la celebración de la multiconsulta y la unión del tranvía por la Diagonal. Pero además dejó patente que, a falta de cerca de un año para las próximas elecciones locales, el actual mandato está agotado.
El margen de maniobra del gobierno de la alcaldesa Colau se antoja, a partir de ahora, tremendamente estrecho. Porque los mazazos de ayer a dos de los principales proyectos de los comunes, a dos de sus más significativos compromisos electorales, reventaron también las relaciones con las únicas fuerzas de la oposición con las que más o menos todavía tenía alguna posibilidad de entenderse en los próximos meses: ERC y la CUP.
No fue un sepelio silencioso, tomás do lo contario: el ruido fue continuo, y a ratos ensordecedor. Durante casi cuatro horas hubo un permanente cruce de acusaciones de partidismo, lanzadas con agresividad de una bancada a otra, acompañadas en ocasiones de gestos poco habituales en esta sala. Y la alcaldesa Colau tomó la palabra muchas más veces de lo que acostumbra en estas sesiones. Pretendió así subrayar su posición y no dudó en acusar a los ediles de ERC y la CUP de dejarse llevar por intereses de partido, de boicotear sus proyectos con el único objetivo de desgastarla. La falta de apoyo de estas dos formaciones fue clave. A los republicanos los acusó de sabotear “el tranvía de los vecinos, de la ciudadanía cansada de las maniobras y las batallas electoralistas”. Y a los antisistema anticapitalistas, que rechazaron la pregunta de la municipalización del agua de la multiconsulta, la alcaldesa les espetó que su dogmatismo les lleva a ponerse del lado de los lobbies y de las multinacionales.
Una tensa sesión que comenzó ya mal para Colau: ante la previsible falta de apoyos, el gobierno municipal decidió retirar del orden del día las dos preguntas que tenía previsto proponer para la multiconsulta, las referidas al futuro del solar ubicado al lado del hotel de Rec Comtal y la que planteaba la posibilidad de construir vivienda en el distrito 22@.
Los aires de confrontación ya se respiraban antes del inicio de la sesión. Los primeros desencuentros se produjeron la noche anterior, después de que los cuperos dieran a conocer que no tenían intención de apoyar la consulta sobre la municipalización del agua al no tener esta un carácter vinculante.
Los concejales del gobierno municipal se mostraron convencidos de que las demás formaciones políticas no se hubieran atrevido a reventar su multiconsulta, a rechazar las dos preguntas planteadas desde la ciudadanía, si los ediles de la CUP no hubieran dado este primer paso. Estaban convencidos de que eso precipitó el desastre.
Y es que el lunes por la tarde los comunes confiaban en que ningún grupo podía votar en contra de las iniciativas ciudadanas. Se acogían a un informe jurídico municipal que afirma que las preguntas, al ser fruto de la iniciativa ciudadana tan sólo pueden denegarse por mayoría simple, pero únicamente en el caso de que “no se adecuen al ordenamiento jurídico”. La CUP rompió esa creencia con hechos.
“Una multinacional ha hecho una ofensiva contra este Ayuntamiento, no contra el gobierno, sino contra toda la autonomía municipal”, espetó Colau. “Es un ataque a la soberanía en toda regla”, añadió la concejal de Participación, Gala Pin, que, como Colau, eludió cualquier autocrítica.
El posible cambio de nombre de la plaza Antonio López, que se votó inmediatamente después, tampoco encontró suficientes apoyos.
Todos los grupos de la oposición
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