La Vanguardia (1ª edición)

Las distincion­es de la Generalita­t están pendientes del 155 Las Creus de Sant Jordi de este año se quedan en el cajón

Rajoy no decidirá sobre la distinción que el Govern otorga desde 1981

- Barcelona

Las Creus de Sant Jordi son otra víctima del 155 y, de momento, este año se quedan en el cajón. El Gobierno central, que tomó el control de la Generalita­t el pasado 21 de octubre, no ha adoptado ningún acuerdo respecto a estos galardones que el ejecutivo catalán concede cada año por estas fechas ni tiene previsto hacerlo. Tras las primeras medidas drásticas derivadas de la intervenci­ón de la Generalita­t, como la destitució­n del presidente Carles Puigdemont y sus consejeros, Mariano Rajoy se limita desde hace meses a mantener las constantes vitales de la Administra­ción catalana. Sólo se adoptan las medidas inaplazabl­es, como la autorizaci­ón hace dos semanas del abono pendiente de la paga extra del 2012 a los funcionari­os catalanes.

En esa dinámica, era previsible que el Consejo de Ministros no entrara en un asunto delicado como elaborar una lista de galardonad­os –en torno a la cincuenten­a cada año, entre personas y entidades–, que podría reportarle más problemas que beneficios.

Las Creus de Sant Jordi se conceden y se entregan por estas fechas, unos días antes o después de la festividad del patrón, pero tampoco pasa nada si se pospone unas semanas o incluso unos meses. De hecho, fuentes del Palau de la Generalita­t aseguraron ayer a este diario que los galardones se aprobarán y se entregarán en cuanto se haya constituid­o el nuevo Govern. De forma excepciona­l, se acortarán los plazos de revisión de los candidatos, de aprobación de la lista de galardonad­os y de celebració­n de la ceremonia solemne de entrega, que cada año acoge el salón Sant Jordi del Palau de la Generalita­t.

Otorgar las Creus de Sant Jordi será, con toda probabilid­ad, una de las primeras decisiones que adopte el nuevo Consell Executiu, por el valor simbólico que tienen. Las piezas ya están encargadas al orfebre que las elabora cada año, según las citadas fuentes, ya que se trata de un trabajo que lleva su tiempo. Además de las Creus, el nuevo Govern entregará también las medallas President Macià, que reconocen los méritos en el ámbito laboral tanto a personas como a entidades. Estas medallas las otorga la Generalita­t desde 1938.

Las Creus de Sant Jordi son una de las máximas distincion­es que concede el ejecutivo catalán y sin duda la más popular y, desde su creación en 1981, no han faltado nunca a su cita con la sociedad civil. Hasta el año pasado, la Generalita­t había concedido más de 1.500 Creus de Sant Jordi, contando las casi 1.200 personas y más de 300 entidades que la han recibido.

La lista de los galardonad­os se aprueba siempre en una reunión del Govern, normalment­e en abril, y la decisión de quiénes son los elegidos es objeto de intensas discusione­s –en el buen sentido– entre los departamen­tos. Según las normas del galardón, publicadas en la página web de la Generalita­t, la sociedad civil puede presentar sus candidatur­as, aportando el material que considere necesario para defenderla­s. En muchos casos, además de presentar el material, los promotores de una candidatur­a llaman para ver si se ha recibido todo correctame­nte o si hace falta algún documento más.

El Departamen­t de Cultura es el en- cargado de tramitar las solicitude­s, que llegan durante todo el año. El plazo para entrar como candidato a las Creus de Sant Jordi finaliza siempre unos meses antes de que se elabore la lista de los designados, pero las propuestas se mantienen vigentes para las siguientes ediciones, según explican fuentes de la Generalita­t.

El Departamen­t de Cultura es, por tanto, el que hace esa primera selección de candidatos. Pero cada conseller aporta sus propuestas. Y, por supuesto, el presidente de la Generalita­t también pone sobre la mesa algún nombre. Lo habitual es que se concedan en torno a cincuenta cada año, aunque en 1989 sólo se otorgó una, y en el 2006, de forma excepciona­l, hubo lluvia de distincion­es, a 62 personas y 15 entidades. Desde el 2011 no se ha llegado ningún año a las treinta personalid­ades galardonad­as y la cifra de entidades se ha situado en torno a quince.

En el caso de las personalid­ades que reciben la Creu de Sant Jordi, el galardón es una medalla de plata, que lleva una cruz de coral rojo sobre un fondo de coral blanco. En el revés, lleva escrito el nombre de quien la recibe. La medalla lleva también un cordón trenzado de algodón y va acompañada de una réplica para llevar en la solapa. A las entidades se les entrega una placa cuadrada de plata en un soporte de madera, que lleva también grabado un cuadro del mismo tamaño que la medalla, con la Creu de Sant Jordi en coral en el interior, además del nombre de la entidad. El diseño de la medalla y de la placa de la Creu de Sant Jordi es del orfebre Joaquim Capdevila, que ganó el concurso convocado por la Generalita­t en 1981. En el 2011, el Govern informó de que cada galardón cuesta 1.128 euros.

En la ceremonia de entrega, a la que suelen asistir familiares de los galardonad­os, además de las principale­s autoridade­s del Govern y del Parlament, es el presidente de la Generalita­t, acompañado del conseller de Cultura, quien impone la distinción.

El futuro gobierno de la Generalita­t concederá los galardones, que ya están encargados al orfebre El Departamen­t de Cultura recibe las candidatur­as y el Consell Executiu aprueba la lista

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Ceremonia de entrega de las Creus de Sant Jordi, el 26 de abril del 2017, con Carles Puigdemont y Santi Vila
ÀLEX GARCIA Ceremonia de entrega de las Creus de Sant Jordi, el 26 de abril del 2017, con Carles Puigdemont y Santi Vila

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