La Vanguardia (1ª edición)

El acusado del doble crimen de Susqueda culpó a su hijo

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Jordi Magentí contó a otro preso que sólo ayudó a deshacerse de los cadáveres

Hasta ayer, el abogado de las familias de Marc y de Paula, Carles Monguilod, se había mostrado “cauto” con la investigac­ión de los Mossos d’Esquadra. Con las actuacione­s secretas no había tenido acceso a los indicios que los investigad­ores habían reunido contra Jordi Magentí Gamell. Tras una larga reunión en Girona, a la que también asistieron los padres de los jóvenes, el fiscal Victor Pillado y cuatro investigad­ores de la Unidad Central de Desapareci­dos de los Mossos salieron con la certeza de que los policías habían reunido “indicios muy sólidos” contra el sospechoso. El sargento Pere Sánchez tomó la palabra y sintetizó una compleja investigac­ión, muy técnica, que ha permito descartar a las otras siete personas que la mañana del 24 de agosto del año pasado también estaban en la zona del pantano de Susqueda en la que Marc y Paula fueron asesinados. Sólo lo pudo hacerlo Magentí porque nadie más pudo acceder a esa zona sin dejar rastro y porque él mismo ha acabado situándose en el escenario del crimen, a la hora de los hechos. Es verdad que no hay una prueba, una imagen, un ADN o una señal de telefonía móvil que lo incrimine, pero Magentí estaba allí esa mañana y regresó los días posteriore­s, tratando de utilizar a su mujer como coartada, para deshacerse del coche de la pareja. Estuvo porque dejó huella su coche y una fotografía de dos excursioni­stas de la zona. Era el lugar al que siempre acudía a pescar. ¿Por qué lo hizo? “No hay ningún motivo”, les trasladó el fiscal. Magentí es un hombre violento, con un pasado lleno de episodios controvert­idos desde que salió de prisión tras asesinar a su anterior esposa. Fue un encuentro casual, entre las 11.21 y las 11.26 de esa mañana.

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