Ryan abandona a Trump
El ‘speaker’ tira la toalla, a favor de la familia, tras muchos desacuerdos con Trump
El número tres del Partido Republicano, Paul Ryan, ha anunciado que no se presentará a la reelección este año, poniendo fin a una relación cuando menos tormentosa con el inquilino de la Casa Blanca, humillaciones incluidas.
Otro legislador conservador que no resiste la tensión del trumpismo. Paul Ryan, el speaker del Congreso, el tercer cargo en la línea de poder de Estados Unidos, comunicó ayer que no se presentará a la reelección en noviembre.
Su decisión no hizo más que incrementar la incertidumbre del grupo republicano en la Cámara, que se encuentra en plena batalla ante la posibilidad de perder el control en las próximas elecciones de medio mandato.
Hubo cortesía en su anuncio, correspondida por el presidente Trump: “Un verdadero buen hombre, deja un legado incuestionable”, tuiteó . A nadie se le escapa, sin embargo, que la relación entre uno y otro no ha sido fácil.
La cabeza de Ryan fue uno de los objetivos del entorno más duro de la nueva Casa Blanca. Sobrevivió gracias a la táctica de aceptar cualquier humillación, y ha habido unas cuantas, a cambio de avanzar en la agenda marcada por la derecha. La revuelta de la facción del Tea Party le aupó hace algo más de tres años. Su antecesor, John Boehner, les parecía blando, incluso jugaba al golf con el entonces presidente, Obama.
Ryan, de 48 años y casi 20 en la House, compareció para dar a conocer su decisión, una noticia de la que se había vuelto a especular tras nuevos desencuentros con la Casa Blanca. Ryan ha criticado la imposición de aranceles. Y ayer mismo contradijo a Trump, al afirmar que no ve motivos para despedir al Fiscal especial del Rusiagate, Robert Mueller.
El líder del Congreso aseguró que ve “un futuro muy brillante” para su partido y que su determinación se debe al deseo de disfrutar de más tiempo con su familia.
“He logrado mucho de lo que viene a hacer aquí y mis hijos no se van a hacer más jóvenes”, remarcó. Entre esos éxitos figuran el recorte fiscal y el incremento del gasto militar.
“De lo que me dí cuenta es que si sirvo por un mandato más , mis hijos sólo me habrán conocido como un padre de fin de semana”, recalcó. “Hay otras cosas en la vida, como ser marido y padre”.
Su plan es cumplir con este periodo y retirarse en enero, con la renovación de la mitad de la cámara. Ryan subrayó que la posibilidad de que los demócratas se hagan con el mando, y que, por tanto, él perdiera su puesto privilegiado, no ha influido “para nada” en su resolución. Enfatizó en su explicación de que tomó posesión
Su decisión incrementa la duda republicana ante unas legislativas en las que pueden perder la mayoría
del cargo de “mala gana”.
Sostuvo que, pese a esta decisión, piensa colaborar de forma intensiva en la campaña de sus colegas de cara a las decisivas elecciones de este año. Él es el principal recaudador. Pero su retirada supone la apertura de una guerra por su sucesión. Los dos nombres que despuntan son los de Kevin McCarthy, líder del grupo mayoritario, y Steve Scalise, el jefe de disciplina de la mayoría, el llamado majority whip.
Su iniciativa parece anticipar la senda que seguirán otros más. De hecho, una hora después, el congresista por Florida Dennis Ross difundió que también se va.