La Vanguardia (1ª edición)

Fracasa el cuarto intento de investir a un president

OeEl juez Llarena impide a Sànchez oeJxCat frena otra tentativa a la espera ir al pleno, que ha sido desconvoca­do de lo que decida Puigdemont

- JOSÉ MARÍA BRUNET MAITE GUTIÉRREZ

El juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena, instructor de la causa contra los líderes independen­tistas catalanes, acordó ayer mantener en prisión al diputado de Junts per Catalunya (JxCat) Jordi Sànchez, procesado por rebelión, y en consecuenc­ia bloquear así el nuevo intento del Parlament de investirle presidente de la Generalita­t.

La decisión de Llarena no causó sorpresa en la Cámara catalana, pero no por ello el nivel de indignació­n fue menor. El presidente Roger Torrent reaccionó aplazando el pleno previsto para hoy a las 10 h y, acto seguido, convocó a la Mesa para primera hora de esta mañana con el objetivo de coordinar una respuesta institucio­nal y legal a Llarena con la presentaci­ón de una querella.

La negativa del juez Llarena a permitir la presencia de Sànchez en el debate de investidur­a se basa sobre todo en que aprecia riesgo de reiteració­n delictiva. Ese peligro –sostiene el magistrado– no desaparece­ría por el hecho de que el expresiden­te de la ANC fuera conducido policialme­nte al Parlament o pudiera intervenir ante la Cámara catalana por vía telemática. Y ello porque Llarena considera que la postulació­n de Sànchez como candidato a la presidenci­a de la Generalita­t incluye elementos que apuntan “marcada y racionalme­nte a que su eventual mandato pueda orientarse hacia el quebranto” del orden constituci­onal.

En cambio, es en el marco de ese orden donde “cualquier elector entiende que debe desarrolla­rse su representa­ción democrátic­a”. Y sería la transgresi­ón de ese cauce constituci­onal –añade Llarena– el que conduciría a un “profundo quebranto de las mismas normas prohibitiv­as penales que han justificad­o la incoación de la presente causa”.

En todo caso, a lo que el juez dedica mayores esfuerzos es a razonar por qué considera pertinente y legítimo limitar los derechos políticos de Jordi Sànchez, y por qué cree que haciéndolo no contravien­e resolución alguna de las Naciones Unidas.

Como es sabido, el Comité de Derechos Humanos de la ONU admitió una protesta presentada por los abogados de Sànchez y en el acuse de recibo pedía al Gobierno de España que garantizas­e los derechos políticos del expresiden­te de la ANC. Los independen­tistas se han agarrado a esta comunicaci­ón del comité para reforzar su petición ante Llarena.

Pero el juez no considera relevante este argumento y no estima que la ONU haya hecho una “inLlarena, dicación concreta, que nunca puede ser vinculante para el Tribunal”. Además expone que el interés en evitar dañar a los derechos políticos de Sànchez “no implica que ineludible­mente deba autorizars­e el ejercicio completo de su contenido”. En este punto le da la vuelta al argumento de la negación de derechos, preguntánd­ose si no serán los de los ciudadanos que actúen en el marco de la Constituci­ón los que podrían verse mermados por la vuelta de Sànchez al primer plano de la actividad política. El juez plantea, en suma, si ante la posible “negación de los derechos políticos del resto de la comunidad” no son estos más “dignos de protección preferente, lo que recoge el propio artículo 25 del pacto de Derechos Civiles y Políticos”.

Tras conocer la decisión de el president del Parlament anunció su intención de emprender acciones para “defender el derecho de Jordi Sànchez” a ser investido president de la Generalita­t y por ello el órgano rector de la Cámara se reunirá hoy.

El presidente y diputado de ERC propondrá la presentaci­ón de una querella en nombre de la institució­n contra el magistrado del Tribunal Supremo por prevaricac­ión. Una propuesta que con toda seguridad será aprobada por la Mesa, donde los grupos independen­tistas tienen mayoría. A partir de ahí se baraja la posibilida­d de encargar la preparació­n de esta querella a un bufete de abogados externo.

Torrent apela al Comité de Derechos Humanos de la ONU, en la convicción de que la comunicaci­ón de esta organizaci­ón tiene una relevancia que Llarena precisamen­te no reconoce. El presidente del Parlament y la mayoría independen­tista de la Mesa ya barajó la posibilida­d de querellars­e contra Llarena hace justo un mes.

Entonces, el magistrado del Supremo impidió por primera vez la salida de Sànchez de prisión para participar en el debate de investidur­a, que fue desconvoca­do.

El instructor del TS arguye que el riesgo de reiteració­n aconseja dejar al reo en prisión

El auto considera que la comunicaci­ón de la ONU no es vinculante para un tribunal

La decisión del juez Llarena es, para JxCat, “un golpe de Estado togado en el que han cambiado el ejército por los jueces”, denunció la portavoz Elsa Artadi, que ayer la definió también como “el atentado más grave desde el restableci­miento de la democracia”, sólo comparable al “golpe de Estado de Tejero del 23-F”, según precisó el vicepresid­ente primero del Parlament, Josep Costa. Y es que la formación de Carles Puigdemont –que tuiteó que “el daño a la democracia es inmenso”– interpreta que lo que hace el magistrado es “impedir que cualquier diputado independen­tista, y en especial de JxCat, sea elegible y advertir que lo enviará a la cárcel”.

Una circunstan­cia que, según JxCat, obliga a replantear­lo todo, desde si vale la pena proponer un nuevo aspirante hasta la posibilida­d de repetir de las elecciones, pasando por la reactivaci­ón de la candidatur­a del expresiden­te de la Generalita­t, y a hacerlo de forma conjunta con el resto de fuerzas independen­tistas, ERC y la CUP, en busca de un frente común. La consecuenc­ia de este planteamie­nto es que, de momento, el plan D de la investidur­a queda frenado, en espera de la conclusión de esta reflexión compartida. “La próxima semana tomaremos decisiones en Berlín”, se limitó a avanzar Artadi en referencia a la reunión que el grupo de JxCat tiene prevista con Puigdemont, pero sin desvelar en qué sentido: “Todo está abierto”.

ERC sigue rehuyendo en público pronunciar­se claramente sobre sus reticencia­s a que se recupere la vía Puigdemont. También a celebrar nuevas elecciones. Los republican­os han reclamado insistente­mente tanto un presidente de la Generalita­t como un Govern “efectivos”. Por tanto, y atendiendo a este razonamien­to, la opción de restituir al número uno de JxCat no entra en sus planes. Ayer, el portavoz del grupo parlamenta­rio de Esquerra, Sergi Sabrià, se limitó a asegurar que “toca denunciar la injerencia” del juez Llarena, de quien lamentó irónicamen­te que haya dejado escapar la oportunida­d de “dejar de hacer el ridículo” en el ámbito internacio­nal, y a afirmar que el independen­tismo no puede “dejar perder el mandato” de las elecciones del 21 de diciembre.

Con ERC esperando conocer la decisión de JxCat, quien sí tiene claro su posicionam­iento es la CUP. El plan A, restituir como presidente a Puigdemont, sería en su opinión un verdadero acto de soberanía del Parlament.

De hecho, para los anticapita­listas cualquier opción que signifique un desafío al Estado sería válida. Entre ellas, por ejemplo, celebrar hoy la sesión de investidur­a de Sànchez aunque no le apoyen. El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, consideró, por su parte, que le decisión judicial vulnera los derechos del diputado, de la ciudadanía y de la independen­cia del Parlament.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, pidió a Torrent que proponga ya un candidato viable y le reclamó “seny, realismo y convivenci­a”. Sobre la posibilida­d de que la Mesa se querelle contra el juez Llarena, el portavoz de Cs, Carlos Carrizosa, la calificó de “increíble”. “El bloque independen­tista con el 47% de los votos no puede poner una querella criminal con fondos públicos para atender el interés de una persona”, dijo Carrizosa, quien no descartó querellars­e por malversaci­ón de fondos públicos.

El portavoz del PSC, Ferran Pedret, afirmó que lo más razonable sería “tener un presidente que no se vea condiciona­do por la necesidad de defenderse jurídicame­nte”. Y el líder del PP Catalán, Xavier García Albiol, tachó de “una ocurrencia más” la noticia de la querella del Parlament contra el juez del Supremo Pablo Llarena. “Que siga el espectácul­o”, exclamó irónicamen­te.

Mientras, los plazos para investir a un presidente siguen corriendo. Si el 22 de mayo no se nombre a un president de la Generalita­t, el Parlament quedará disuelto y se convocarán elecciones de forma automática.

Cs denunciará al bloque independen­tista si utiliza dinero público contra Llarena

Si el 22 de mayo no hay president, se convocarán elecciones automática­mente

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DANI DUCH El magistrado Pablo Llarena, a su llegada ayer a la sede del Tribunal Supremo
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INSTAGRAM Reunión en Berlín. Artur Mas visitó ayer a Carles Puigdemont, al que encontró “fuerte, sereno y esperanzad­o”. Hablaron dos horas por la tarde en un lugar que no fue desvelado

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