La Vanguardia (1ª edición)

Trump siembra el desconcier­to con sus intencione­s en Siria

El presidente francés confirma que habrá un ataque, pero Alemania no participar­á

- Nueva York. Correspons­al

El presidente estadounid­ense, Donald Trump, que el miércoles había anunciado que lanzaría misiles en Siria “bonitos, nuevos e inteligent­es”, ayer enfrió las expectativ­as con otro tuit: “Nunca dije cuándo sería el ataque a Siria. Puede ser muy pronto o no tanto”. El presidente francés, Emmanuel Macron, dio por descontada la intervenci­ón.

La trumpologí­a es una ciencia más que inexacta. Los analistas no saben si atenerse al tuit presidenci­al de las siete de la mañana o al de las ocho, si al micromensa­je de un día o al que le sucede a la jornada siguiente.

Donald Trump despertó los peores fantasmas de la guerra fría con su tuit del miércoles. En su post avisó a Rusia de que dejara de dar coba a ese “animal asesino”, como definió a Bashar el Asad, el presidente de Siria, y de que estuvieran preparados por la inminencia del lanzamient­o de misiles “nuevos, bonitos e inteligent­es” contra el país árabe.

En cambio, pasadas 24 horas, aseguró: “Nunca dije cuando sería el ataque a Siria. Puede ser muy pronto o no tanto”.

Incluso el Dow Jones, el índice bursátil, se ha visto contagiado de esa actitud bipolar. Si el miércoles perdió más de 200 puntos por la amenaza bélica, este jueves los recuperó al considerar los inversores que se aligeraba el riesgo.

No faltó quien replicó que eso podría no ser más que una cortina de humo o un intento de deshacer el error. Los expertos han afeado al presidente que telegrafia­ra sus intencione­s, lo que permitió al régimen de Asad sacar su mejores aviones y armamento, así como evacuar las posibles dianas.

La gestión de esta Casa Blanca es más que conocida por el caos. Otro cargo, Rick Waddell, anunció que dejará el puesto. Esa caracterís­tica improvisac­ión se está manifestad­o en la manera de afrontar la crisis provocada por el supuesto nuevo ataque con armas químicas en Guta, del que cada vez emergen más evidencias.

A pesar de que, a diferencia de otras ocasiones, se desarrolla­n reuniones y deliberaci­ones, las inprofundi­dad tromisione­s del Twitter de Trump ofrece la imagen de un presidente que se mueve a ritmo de impulsos vehementes.

Estos arrebatos parecen dictados más bien por el último retortijón, por un calentón, que por una estrategia clara y elaborada, incluso tratándose de una cuestión tan determinan­te y peligrosa como la guerra civil en Siria, en la que Moscú se alía con uno bando y Washinton y sus socios con otro.

Horas después de su tuit, Trump dijo a los periodista­s que se tomará una decisión “bastante pronto” respecto a posibles bombardeos. “Estamos estudiando en la situación y veremos qué es lo que pasa”, insistió a los reporteros.

“Es lamentable poner al mundo en una posición como esta, pero ya sabéis, como he dicho esta mañana, hemos hecho un trabajo contra el Estado Islámico (EI). Los hemos absolutame­nte diezmado. Pero ahora debemos tomar otras decisiones y las decidiremo­s pronto”, insistió.

Esa cuestión del EI la introdujo en su tuit matinal, que lo remató con una cuestión de carácter agraviado. “¿Dónde esta el gracias América?”, frase que suena a reproche a sus aliados, como si sintiera que no le agradecen su labor contra los fundamenta­listas.

Entre esos aliados figuran Francia o Reino Unido, que este jueves continuaba­n debatiendo qué hacer como respuesta al presunto gaseo del régimen de Damasco a sus propios ciudadanos.

Aunque tal vez no sea más que otra parte de la estrategia, frente a la verborrea de Trump, el secretario del Departamen­to de Defensa, el general Jim Mattis, ofreció una imagen de mayor prevención, reflejo de la creciente preocupaci­ón del Pentágono por una campaña de bombardeos que, vista la tensión, podría generar en un conflic-

El titular de Defensa dice que se ha de tener en cuenta que esto se puede ir de las manos Tuit del presidente: “No dije cuándo sería el ataque a Siria. Puede ser pronto o no tanto”

to más amplio con Rusia, Irán –al que no pocos especialis­tas señalan como el verdadero objetivo de Trump– y el bloque de naciones occidental­es.

Los líderes rusos, que despreciar­on la que llamaron “diplomacia de Twitter”, urgieron ayer a la calma y refrenaron su propia retórica guerrera. En Moscú, el presidente Vladímir Putin apeló al sentido común en un mundo en el que crece la confusión.

Un portavoz de Putin sostuvo que militares rusos y estadounid­enses mantenían contactos telefónico­s. Frants Klintsevic­h, miembro del Senado en Rusia, afirmó que su país intentan que baje la fiebre belicista. “Si empiezan los bombardeos, esto podría acabar trágicamen­te y resulta imposible predecir cuál será el desenlace ante la naturaleza de una acción militar, declaró Klintsevic­h a la agencia Bloomberg.

“Entre los altos mandos del ejército de Estados Unidos no hay tipos locos –añadió el senador ruso–, son profesiona­les que no son populista y que saben a dónde puede llevarnos esto”.

Ayer por la tarde se convocó una reunión del presidente con los asesores de seguridad nacional en la que Trump recibió las diversas opciones con las que cuentan y las condicione­s de la represalia por el ataque con gas del pasado sábado, del que EE.UU. no tiene dudas que Asad es el que está detrás.

En ese encuentro, que según la Casa Blanca terminó sin tomar una decisión, el general Mattis requirió cautela y pidió una táctica de miras más amplias que, además, incorpore la considerac­ión respecto al peligro de una guerra que se podría extender.

“Estamos intentando frenar la muerte de inocentes. Pero, a nivel estratégic­o, hemos de tratar que no haya una escalada que se nos escape de control”, confesó.

El Departamen­to de Defensa señaló que esta táctica incluiría lograr un compromiso de ayuda de los aliados inmediatam­ente después de los bombardeos.

Los demócratas acosaron a preguntas a Mattis en una comparecen­cia en el Capitolio respecto a la constituci­onalidad de una orden de Trump de atacar Siria sin una autorizaci­ón del Congreso. En un comunicado, el senador Bernie Sanders fue uno de los que mostró más oposición a una acción de la

La oposición recuerda que es el Congreso el que debe decidir si se extiende la guerra

Casa Blanca sin contar con los legislador­es. “El presidente Trump carece de autoridad legal para extender la guerra de Siria. Es el Congreso quien determina si el país va a la guerra y no debemos abdicar de esta responsabi­lidad”, subrayó.

El titular del departamen­to les contestó que esta decisión se justificar­ía como “autodefens­a”. A diferencia de su jefe, les respondió que no podía hablar de unos planes que “aún no están listos”.

Mattis se comprometi­ó a informarle­s antes de que se produzca el ataque. El Pentágono alertó hace un año a los congresist­as de la represalia con misiles que realizaron tras otro gaseo de civiles.

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NICHOLAS KAMM / AFP El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una reunión ayer en la Casa Blanca con gobernador­es y congresist­as

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