París y Londres preparan el terreno para sumarse a un ataque contra Siria
Macron dice que hay pruebas del uso de armas químicas por el régimen de Asad
Londres / París. Corresponsales Francia y Gran Bretaña no dejarán solo a Donald Trump y estarán del lado de Estados Unidos si se produce un ataque contra Siria. Lo que queda por dirimir es la naturaleza, forma y sustancia de ese apoyo. El presidente francés, Emmanuel Macron, dio por descontado que se producirá una ofensiva militar “en el momento oportuno”, en represalia por el uso de armas químicas por parte del régimen de Bashar el Asad. En una entrevista televisada, el titular del Elíseo dijo que existen pruebas sobre la utilización de agentes químicos, “al menos de cloro”, en Duma. En Londres, la premier, Theresa May, afirmó que “todos los indicios son de que es así”.
Macron indicó que su Gobierno y la Administración de Donald Trump están en contacto diario para coordinar los detalles de la operación. May, al otro lado del Canal de la Mancha, convocó al consejo de ministros para refrendar su decisión de atender a la llamada de Washington y sumarse al ataque, ignorando si es necesario las presiones para que haya antes una votación en el Parlamento, que se encuentra de vacaciones hasta la semana próxima. En el Reino Unido, a pesar del tiempo transcurrido, aún están frescas las heridas de la guerra de Irak, que contribuyó considerablemente a la pérdida de prestigio de Tony Blair por su justificación por lo que luego resultaron ser mentiras o verdades a medias.
El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, se muestra reticente a una intervención. “Más muerte, más bombas y más guerra no salvarán vidas, la retórica de Trump es muy peligrosa y la política no se puede hacer a través de las redes sociales”, ha dicho en demanda de un debate parlamentario que también exige el Partido Nacional Escocés. Según las encuestas, un 40% por ciento de la opinión pública está en contra de que el Reino Unido se sume a una operación militar, con otros tantos indecisos y sólo un 20% a favor.
Pero la primera ministra May parece tener tomada su decisión de ir a la guerra junto a Trump y Macron, hasta el punto de que dos submarinos nucleares británicos armados con misiles crucero y un destructor de la Royal Navy que estaban de maniobras en el Mediterráneo se encuentran ya camino de Siria, según fuentes del Ministerio de Defensa, a la espera de instrucciones.
El jefe de Estado francés se extendió sobre los objetivos que se persiguen en Siria, poniendo énfasis en auxiliar a la población asediada en Guta, Idlib y otros bastiones rebeldes “para que no se tengan que ver nunca más las imágenes atroces de niños y mujeres muriendo ahogados por el cloro”. Francia y sus aliados seguirán presionando para que se respete el derecho internacional, para que pueda implementarse un alto el fuego y se dé acceso a la ayuda humanitaria, amén de continuar la lucha contra los terroristas y “preparar la Siria del mañana”, en el que “todas las minorías sean respetadas”, dijo Macron.
Preguntado por la actitud de Rusia, que amenaza con graves consecuencias si se producen bombardeos de Estados Unidos, Francia y otros aliados, el presidente galo quiso garantizar que “en ningún caso Francia dejará que haya una escalada o que se pueda dañar la estabili-
Francia puede usar los Rafale, desde bases metropolitanas, y misiles de crucero desde una fragata
dad de la región”. Con todo, insistió en que deben frenarse los regímenes “que se creen autorizados a todo”. Los medios franceses llevan días anticipando posibles detalles operativos de la acción militar de castigo, al tiempo que advierten que el régimen sirio, ante un ataque tan largamente anunciado, habrá tenido tiempo para poner a buen recaudo su material militar más sofisticado, como los cazabombarderos, situándolos en las bases rusas en su territorio.
Por parte francesa, podrían participar en los ataques aviones con base en Saint-Dizier, en el departamento del Alto Marne. Se trataría de los Rafale, equipados cada uno con dos misiles de crucero Scalp, con un alcance de centenares de kilómetros. Los expertos citados por el diario Le Figaro estiman más probable el uso de los cazas con base en territorio metropolitano que el empleo de aviones franceses situados en bases avanzadas en Oriente Medio, como las de Jordania o los Emiratos Árabes Unidos. Esto último sería delicado para estos países, ya que les daría una visibilidad excesiva en la operación. El largo vuelo desde Francia, atravesando todo el Mediterráneo, obligaría a realizar tres reabastecimientos de combustible durante el trayecto.
Otra posibilidad, alternativa o complementaria a los Rafale, la proporcionan las unidades navales. Se cree que la fragata Aquitaine está desde hace días en aguas del Mediterráneo oriental, lista para entrar en acción. Esta nave es una de las más modernas de la Marina francesa y lleva un misil de crucero de un tipo que jamás se ha utilizado en una guerra, con un alcance superior a los mil kilómetros.
Organizar los ataques con los estadounidenses y otros aliados no es algo sencillo. Hay que repartirse los objetivos y sincronizar las oleadas. Las fuerzas armadas aliadas tienen la experiencia de las operaciones en Irak y Siria, que se coordinan desde la base de Al Udeid, en Qatar. Pero la inminente operación contra el régimen de Asad es diferente. Hay que evitar a toda costa golpear a los rusos y causar bajas entre la población civil, de ahí que el contacto al más alto nivel para decidir los objetivos sea obligatorio.
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