El PP avisa a Cifuentes que nadie está por encima de las siglas del partido
La líder madrileña planta cara y embiste contra PSOE, Ciudadanos y Podemos
Mariano Rajoy está de vuelta de su viaje a Argentina pero su agenda está demasiado ocupada para ocuparse del asunto Cristina Cifuentes. Lo hará cuando pueda, según fuentes de la Moncloa. Ayer, la visita del príncipe heredero saudí, y hoy la reunión del Consejo de Ministros y el encuentro que mantendrá por la tarde con el primer ministro danés copan su actividad como presidente del Gobierno. Mañana viajará a Zamora, ya como líder del PP.
Con esta agenda, en el Gobierno y el PP quieren poner de manifiesto que aunque Rajoy quiere que el problema del máster de la presidenta madrileña se solucione con celeridad, eso no quiere decir que vaya a ser de forma inminente. A la dirección del PP le gustaría que la iniciativa partiera de la propia Cifuentes, que dimitiera, no tener que pedírselo. De hecho, el caso, similar al que ocurrió en Murcia, puede dilatarse hasta vísperas del pleno de la moción de censura, cuya fecha tope de celebración es el 7 de mayo. Cifuentes tiene hasta entonces tiempo para reflexionar, subrayan en el PP.
La dirección popular se mueve entre la crítica a Ciudadanos, por su actitud “intransigente y precipitada”, que le obliga a tomar una decisión, porque pretende “cobrarse una pieza”, y la esperanza en que Cifuentes dé el paso. Para ayudar a esa decisión, el número tres del PP, Fernando Martínez-Maillo, advirtió ayer, en una entrevista en RNE, que “nadie está por encima de las siglas del partido”, y que la decisión le corresponde no sólo a Rajoy, sino a Cifuentes y al PP. Además, el coorhaber dinador general del PP aseguró que actuarán “pensando sobre todo en la estabilidad de Madrid”.
Pero mientras la decisión final sigue sin adoptarse, Cifuentes planta cara y exhibe firmeza. Ayer siguió desplegando una intensa actividad, sin arrugarse. Primero, protagonizó una tensa sesión de control al Gobierno en la Asamblea de Madrid, y después asistió a la toma de posesión de Diego Pérez de los Cobos –el coordinador del dispositivo policial del 1-O– como jefe de la comandancia de la Guardia Civil en la región. Cifuentes embistió en el pleno contra el PSOE, Cs y Podemos. Al portavoz naranja, Ignacio Aguado, le recriminó que volviera a pedir su dimisión. Y criticó que Cs busque únicamente “intentar derribar un gobierno legítimamente elegido para entregárselo a la izquierda”. La líder madrileña defendió además que no incumplió su acuerdo de investidura con Cs: “¡Porque yo ni estoy imputada ni he falsificado ningún currículum!”.
Al portavoz socialista, Ángel Gabilondo, le afeó que pretenda “ser presidente a cualquier precio”. Y tachó a su adjunto, José Manuel Franco, como su “matemático de cabecera”. También atizó, a través de la portavoz de Podemos, Lorena Ruiz-Huerta, al previsto candidato morado para los próximos comicios, Íñigo Errejón, a quien acusó de conseguido “una beca en dinero negro que han pagado todos los contribuyentes”.
Pese a que la presidenta madrileña repartió estopa en todas direcciones, el portavoz del PP en la Asamblea, Enrique Ossorio, admitió la realidad: “Cifuentes y yo somos personas leales al PP y haremos lo que nos diga Rajoy, para bien y para mal”. Pero el PP desplegó una intensa campaña contra sus rivales por otras presuntas irregularidades en el currículo de algunos dirigentes. Se cebó así con el aludido Franco, líder de los socialistas madrileños, que en dos legislaturas figuró como licenciado en Matemáticas en la ficha de la Asamblea, cuando no acabó esta carrera, y así lo corrigió hace ya 15 años. Pero el PP extendió sospechas sobre una veintena de políticos: Pedro Sánchez y Susana Díaz (PSOE), Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero (Podemos), Toni Cantó y Miguel Gutiérrez (Cs)... Y hasta Carles Puigdemont: “Además de dar un golpe de Estado y a continuación fugarse de la justicia, ha mentido en su currículum: no es ni filólogo ni periodista”.
El veterano Alfredo Pérez Rubalcaba, pese a todo, también sentenció ayer a Cifuentes: “En política, los muertos son los últimos en enterarse de que ya lo están”.
La campaña popular para denunciar otros currículos de políticos con irregularidades llega hasta Puigdemont