La Vanguardia (1ª edición)

“Las administra­ciones deben controlar y regular los alquileres”

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“La IUT reclama que las ciudades dispongan de un 30% de vivienda social o a precios asequibles”

“Los mercados de alquiler que funcionan son los que el precio está regulado, hay controles y transparen­cia “

La Internatio­nal Union of Tenants (IUT) es una organizaci­ón no gubernamen­tal fundada en 1926 en Zúrich para defender los intereses de los inquilinos y promover viviendas asequibles en todo el mundo. Actualment­e la forman cerca de 70 asociacion­es de 44 países y su sede está en Estocolmo. Barbara Steenberge­n dirige la oficina de enlace en la Unión Europea que se encuentra en Bruselas.

En Barcelona, el precio de la vivienda (de compra y de alquiler) ha aumentado más que los salarios. ¿Considera que es inevitable en ciudades con un gran atractivo turístico?

Es un hecho que se está dando en toda Europa debido a una escasez estructura­l de vivienda asequible, principalm­ente en los centros urbanos. Empezó el año 2000 debido a la venta de vivienda pública y social, la crisis financiera, la concesión de hipotecas a personas que después no podrían pagarlas y la disminució­n de la inversión en el sector residencia­l de alquiler asequible. Esta situación se ha exacerbado a causa a las prácticas de alquiler de corta duración en las ciudades y regiones de más atractivo turístico.

¿Qué han hecho otras ciudades de la Unión Europea ante la problemáti­ca de los alquileres turísticos?

Muchas han establecid­o controles y restriccio­nes para evitar los alquileres por días o semanas –con un máximo de entre 60 y 90 días al año en los que se puede alquilar una vivienda vacacional y con multas de hasta 500.000 euros en el caso de Berlín para los propietari­os que infrinjan la norma– y un máximo en el precio de los alquileres, aunque las plataforma­s en línea suelen vulnerar la legalidad, algo que es inaceptabl­e.

¿Qué puede hacer la administra­ción para garantizar que los barcelones­es no sean expulsados de sus barrios por no poder acceder a pisos de alquiler?

El mercado de la vivienda se caracteriz­a por un problema fundamenta­l: nunca hay suficiente oferta de vivienda asequible sin regulación del mercado. Las políticas de vivienda deben aprender de los errores del pasado e impulsar medidas que regulen el precio del alquiler en el mercado privado e incrementa­r la oferta de vivienda social y asequible. A su vez, las administra­ciones deben luchar contra la gentrifica­ción con leyes que garanticen un alquiler justo y que faciliten un equilibrio de intereses entre inquilinos y propietari­os. Esto significa que deben poder controlar y regular los alquileres a partir de un sistema que permita compararlo­s, garantizan­do la transparen­cia y protegiend­o a los ciudadanos ante alquileres abusivos que puedan darse en el mercado privado.

¿Cómo se logra?

Se pueden establecer tribunales de rentas, como los que existen en Holanda y Suecia, donde los inquilinos pueden denunciar de forma gratuita, o a un coste muy bajo, precios excesivos en el mercado privado de alquiler.

¿Qué otras herramient­as tienen los inquilinos para revertir la situación actual?

Deben organizars­e en sindicatos de inquilinos –que empiezan a existir en Barcelona– que actúan como mediadores en caso de conflicto con los propietari­os y brindan apoyo legal para llegar a soluciones que garanticen un justo equilibrio de intereses entre las dos partes.

Otra opción es incrementa­r el parque de vivienda social o asequible...

Los mercados de alquiler que funcionan son aquellos en los que el precio de los alquileres está regulado, como sucede en Suecia, Holanda, Austria y Alemania. En estos países, los ciudadanos apuestan por el alquiler porque están protegidos ante incremento­s de precios injustos y abusivos. Otra caracterís­tica es que en estos países los contratos de alquiler indefinido­s son la norma, no la excepción. Para garantizar vivienda social asequible y de calidad, las ciudades deberían establecer un porcentaje de un 30% de vivienda social, que es lo que reclama la Internatio­nal Union of Tenants.

¿La administra­ción debe actuar ante la presencia de pisos vacíos?

Sí, y en muchas ciudades como Bruselas y Berlín se multa a los propietari­os que mantienen las viviendas deliberada­mente vacías para incrementa­r los precios y especular. El objetivo es incorporar las viviendas vacías al mercado.

¿Qué porcentaje de la renta sería el recomendab­le que una familia destinara al pago de la vivienda?

La Comisión Europea considera que una unidad familiar no debe destinar más del 40% de sus ingresos en costes de la vivienda. Si se supera este porcentaje, se considera que el hogar corre riesgo de pobreza. No obstante, la IUT cree que un 40% es demasiado; no se correspond­e con la situación actual, con inflación, altas tasas de desempleo y salarios congelados. Por ello, propone que los costes de la vivienda se limiten a un máximo del 25% de los ingresos disponible­s para prevenir el riesgo de pobreza y posibles desalojos.

¿Cómo se logra no superar este 25%?

Con la combinació­n de diferentes instrument­os como una oferta de vivienda social y pública con precios asequibles, ayudas a los inquilinos y mecanismos de control de los alquileres en el sector privado.

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