La ronda Litoral se ampliará sin hacer un nuevo viaducto
Fomento acepta las alegaciones del Ayuntamiento de Barcelona y modifica el proyecto presentado hace tres meses
La ampliación de la ronda Litoral entre la Zona Franca y el Morrot finalmente contentará a todas las partes. El Ministerio de Fomento ha aceptado las alegaciones del Ayuntamiento de Barcelona y ejecutará las obras tal y como quería el gobierno municipal, contrario a la propuesta desempolvada por sorpresa por el Gobierno a principios de año.
La solución de consenso suprime la construcción de un nuevo viaducto de 5,6 kilómetros que pretendía ampliar la capacidad de la carretera a ocho carriles rápidos, con cuatro de salida y cuatro de entrada. Sí que habrá esos ocho carriles, pero sólo la mitad serán rápidos, ya que se redistribuirá el tráfico en dos niveles distintos: dos carriles en cada sentido para el tráfico rápido de paso y dos más que actuarán como unos laterales llamados a asumir los desplazamientos urbanos, al estilo de la ronda de Dalt en gran parte de su trazado.
El cambio será radical, ya que la infraestructura actual impide acometer una ampliación y se optará por construir una nueva vía en un nivel inferior a ras de suelo por donde circulará el tronco central de la ronda propiamente dicha, con arcenes más anchos y mejoras de seguridad imposibles de aplicar en el vetusto viaducto que soporta el paso de cerca de 100.000 vehículos diarios. El trazado elevado actual será el que acogerá esa especie de laterales por los que deberán desviarse los autobuses urbanos y todos aquellos vehículos que tengan destinos como Montjuïc, Sants y el centro de Barcelona. Los enlaces de la Zona Franca y del puerto, habitualmente colapsados por el intenso tráfico de camiones, también se redimensionarán.
“Hemos estudiado las alegaciones y hemos llegado a la conclusión de que efectivamente era mejor separar el tráfico urbano”, reconoció ayer el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, durante una visita a las obras de la Sagrera, donde anunció por sorpresa que desechaba la propuesta sacada a información pública hace tres meses y apostaba por el “punto de encuentro” entre el Ayuntamiento y el ministerio. De hecho, la letra pequeña del propio estudio informativo ya reconocía que la alternativa inicialmente descartada era mejor para la distribución del tráfico. La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, celebró el cambio de postura del Ministerio de Fomento y sólo tuvo buenas palabras para De la Serna y los suyos. La complicidad y el buen entendimiento entre ambas admi- nistraciones con las obras de la Sagrera en marcha como telón de fondo parecía sincero. Nada que ver con la Generalitat, que no fue invitada a la visita de obras. Nada que ver tampoco con la fría tarde de invierno en la que Sanz se enteró a través de la prensa de la propuesta inicial de Fomento para ampliar la ronda Litoral. Desde entonces se han mantenido diversas reuniones entre los responsables de Urbanismo del Ayuntamiento y la dirección general de Carreteras del ministerio que han desembocado en este acuerdo.
“La solución escogida es la buena, el elemento central debe ser conectar la ronda y la ciudad”, aseguró Sanz, que había alertado de que la opción inicialmente propuesta por De la Serna provocaría un embudo de entrada a Barcelona que tendría más efectos negativos que positivos. Según los técnicos municipales, la habilitación de cuatro carriles por sentido provocaría un incremento de la circulación que poco después, al llegar al túnel de dos carriles que hay a la altura del Moll de la Fusta, acabaría con un atasco imposible de resolver y de mayor magnitud de los que ya se producen a día de hoy en el tramo que será objeto de reforma.
Los trabajos tendrán un coste aproximado de 137 millones de euros, 17,5 más que la propuesta planteada anteriormente por Fomento. Sea como sea, la cantinela en la información radiofónica de las retenciones cada mañana en hora punta se continuará oyendo durante los próximos años. El calendario aún está en el aire y no se podrá definir hasta que se lleve a cabo una importante actuación previa sobre la estación de mercancías del Morrot, paso imprescindible ya que se encuentra donde se quiere construir el nuevo tronco central de la ronda Litoral.
El Port de Barcelona será quien finalmente se encargará de esta parte, que según un protocolo firmado en el 2015, cuando Xavier Trias era alcalde, debía costear el Ayuntamiento. En aquel momento se valoró la actuación en 43 millones de euros, pero el gobierno de Ada Colau cuando asumió la alcaldía dejó claro que se negaba a ello. Según el ministro Íñigo de la Serna, es mejor que lo asuma la administración portuaria ya que para ellos “no es una carga, sino un factor de oportunidad” que puede ayudarles a reordenar el entorno. Su visto bueno al proyecto será imprescindible para poder tirarlo adelante ya que la nueva ronda Litoral pasará por terrenos del puerto y sin su colaboración será imposible.
El trazado actual se destinará al tráfico local y dos nuevos carriles en cada sentido actuarán como vía rápida