Baleares rechaza los sondeos para buscar petróleo en aguas de Eivissa
El nuevo proyecto intenta explorar el suelo marino con la técnica acústica
El Gobierno de Baleares planta cara a los nuevos intentos de estudiar la geología submarina de las aguas cercanas a Eivissa, al entender que sirven a los intereses de una futura explotación petrolera. Y quiere atajar los primeros pasos administrativos. Tan tajante reacción ha sido manifestada por el conseller balear de Medi Ambient, Vicenç Vidal, tras conocerse que la Administración central ha reactivado la tramitación del proyecto Medsalt-2, promovido por el Instituto Nazionale di Oceanografia (Inogs), de Trieste (Italia), para estudiar las formaciones geológicas de Baleares mediante sondeos acústicos. En esta ocasión, se examinaría un área marina comprendida entre las islas de Eivissa y Mallorca y otra al sureste de Eivissa.
El proyecto consistiría en la realización de sondeos acústicos con el uso de cañones de aire comprimido de alta presión (airguns). Este tipo de técnicas se emplearían para obtener datos geofísicos del subsuelo bajo el mar (mediante imágenes de media y alta resolución), en profundidades de entre 100 y 2.800 metros, con el fin de evaluar el gran depósito salino del Mediterráneo. La industria petrolera está muy interesada en estas formaciones salinas porque abren las posibilidades de hallar debajo de ellas grandes bolsas petroleras. Los sondeos tienen inicialmente un carácter sólo científico, pero el conseller Vicenç Vidal ha anunciado que su Ejecutivo presentará alegaciones al entender que el proyecto comporta “un alto riesgo, escondido bajo la apariencia de proyecto científico”.
Siete compañías del sector de los hidrocarburos han mostrado interés expreso por esta investigación del instituto Inogs, según el memorándum de entendimiento que sirve de base para este proyecto dado a conocer por la Plataforma Mar Blava. Esta entidad, que reúne a los sectores contrarios a estas exploraciones, ya logró en su día que fueran archivados tres proyectos que incorporaban sondeos similares: uno a 40 kilómetros de la costa de Eivissa promovido por Cairn Energy, otro de Services Petroliers Schlumberger al norte de Menorca y un tercero de Spectrum en una amplia área al norte, este y sur de Baleares. Ahora, además, también persigue que se archiven los permisos solicitados por Repsol para investigar el subsuelo al sur de la plataforma Casablanca, en la costa de Tarragona, al entender que se superponen al corredor de migración de cetáceos, una franja cuya protección ultima el Ministerio de Medio Ambiente.
La Plataforma Mar Blava (de la que forma parte el gobierno balear) se opone a este tipo de exploraciones –antesala de la búsqueda de yacimientos de hidrocarburos–, entre otras razones, porque utilizan una técnica (los airguns) muy impactante para los seres vivos, dada la contaminación acústica submarina que causan. Estudios previos han demostrado que en ocasiones producen efectos negativos para la fauna marina, incluyendo cachalotes, zifios, delfines, tortugas o peces de interés comercial, con lo que se trata en muchos casos de especies protegidas. “A partir de 160 decibelios se producen daños fisiológicos permanentes en cetáceos y tortugas marinas”, destaca un informe elaborado por esta entidad. Un total de 19 espacios naturales se sitúan en este entorno.
Es la segunda vez que el instituto italiano Inogs presenta este plan. Con anterioridad, Medio Ambiente rechazó el intento, ya que no aceptó que los promotores pudieran acogerse a una declaración de impacto ambiental simplificada, y les invitó a repetir los pasos siguiendo la vía de la declaración ambiental convencional, más exigente y estricta en la evaluación de los impactos. La información pública y consulta del proyecto de salió a información pública el pasado 21 de abril.
La industria sigue interesada en hallar hidrocarburos en esta región del Mediterráneo