Gozosa alianza
Se cumplen 25 años del primer encuentro entre Charlie Musselwhite y Ben Harper. Se conocieron al coincidir en una gira de John Lee Hooker. El as de la armónica, ejerciendo de sideman de lujo, y el emergente guitarrista y cantante, como responsable de abrir los conciertos. Y fue Hooker quien les dijo: “Tíos, tenéis que hacer algo juntos”.
Transcurrieron dos décadas antes de que Harper y Musselwhite siguieran el consejo del autor de Boogie chillen y se pusieran manos a la obra. Su primer álbum en comandita, Get up!, tuvo gran impacto y recibió todo tipo de galardones y parabienes. Un lustro después, vuelven a la carga con No mercy in this land, demostrando que la suya es una gozosa alianza de largo recorrido.
Con todo el pescado vendido desde hace tiempo, y ante el entusiasmo del público que abarrotaba el recinto, el ecléctico guitarrista californiano y el casi mítico armonicista del Mississippi presentaron nuevo material acompañados por los selectos miembros de su banda titular. Abrieron con un impactante tema en clave de gospelblues (When I go), para disparar a continuación un infeccioso y tabernario Bad habits, con un gran trabajo de Harper como cantante y guitarrista de slide, así como un humeante solo de Musselwhite. Quedó clara la sintonía que existe entre ambos, así como la diversidad de colores bluesísticos que confluyen en su nuevo y sólido cancionero.
Tras estrenarse Musselwhite como cantante en un fantástico tema de cosecha propia (The blues overtook me), el repertorio viró hacia una seguidilla de canciones de su disco anterior. Mención especial para Get up!, que propició los hipercreativos solos del armonicista y el guitarrista, sobre la irresistible línea de bajo funky de Jesse Ingalls. Con su nuevo material nos maravillaron por igual al apretar el acelerador del rock (Movin´on), en un dúo acústico al estilo del ancestral Piedmont blues, o al acercarse al Southern soul con un sembrado Harper como vocalista. Ya en los bises, cantaron No mercy this land, para desmelenarse versionando a los Beatles (Yer blues), y acabar poniendo al público en pie con un hechizante
All that matters now.