Los ‘grillini’ y la Liga pactan un primer ministro de perfil técnico
Giuseppe Conte, jurista de 54 años, es propuesto para liderar el ejecutivo
El extraño matrimonio entre el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga ya tiene sus primeros frutos. Si el viernes desvelaron su programa para gobernar Italia, ayer Luigi Di Maio y Matteo Salvini propusieron al presidente de la República, Sergio Mattarella, el nombre de la persona que quieren que lo lleve a cabo. Al final, y después de varias reuniones durante el fin de semana, el escogido ha sido Giuseppe Conte, un jurista con un brillante currículum académico, de 54 años, que ha sido impuesto por los grillini con su mayoría de votos (32%) frente a sus socios de gobierno de la Liga (17%).
“Estamos frente a un momento histórico, finalmente nace la tercera república”, anunció Di Maio ante la prensa. “Sin cambios de chaqueta, sin personas que vengan del grupo mixto y que entren en otros grupos. No era este el espíritu que queríamos dar al Gobierno. Estoy muy orgulloso de este nombre porque es la síntesis del M5E: no vejará al pueblo italiano”, agregó después.
Aunque apareció muy satisfecho en el Quirinal, la elección de Conte no deja de ser una derrota para el joven líder grillino, que no ha sido capaz de convencer a Salvini para ser él el jefe gubernamental. Han elegido a un técnico, algo que resulta contradictorio con la ardua crítica que hicieron al premier neutral propuesto por Mattarella para salvar a Italia del desgobierno.
Esto no significa que Conte vaya a ser elegido automáticamente primer ministro. Italia todavía sigue a expensas del aval de Mattarella, quien ayer sorprendió con un comunicado en que citaba al presidente del Parlamento, Roberto Fico, y a la presidenta del Senado, Elisabetta Alberti Casellati, para escuchar sus valoraciones. Es un movimiento inesperado, que indica que el jefe del Estado no termina de fiarse de la única mayoría de gobierno que ha sido capaz de gestarse en los dos meses y medio que han pasado desde las elecciones. Fico ( M5E) y Alberti Casellati (Forza Italia) acudirán esta mañana al Quirinal.
Si Conte finalmente recibe el encargo del presidente, entonces deberá presentar su lista de ministros y después someter su Ejecutivo a la confianza del Parlamento. Este último paso no será complicado: ambos partidos populistas tienen mayoría en las dos cámaras. Más difícil será su influencia a la hora de escoger su equipo de gobierno. La manera en que ha sido designado el futuro premier –el quinto consecutivo en Italia que no ha sido votado por sus ciudadanos– le deja poco margen de maniobra. Al final, todos los ministerios ya están atados y decididos por Di Maio y Salvini.
Ellos mismos se quedarían con dos carteras. Salvini será presumiblemente el ministro del Interior, donde querrá llevar a cabo sus planes de repatriar a los migrantes irregulares. Di Maio, en cambio, estaría al frente de un superministerio que se encargaría de Trabajo y Desarrollo Económico. Para Economía suena Paolo Savona, de 82 años, que ya fue ministro de Industria (1993-1994) con el Gobierno Ciampi. Sus críticas posiciones sobre políticas europeas y sobre todo con la moneda única podrían favorecer un veto del presidente Mattarella. La cartera de Justicia está a estas horas dividida entre dos políticos, la liguista Giulia Bongiorno o el grillino Alfonso Bonafede, muy cercano a Di Maio. En infraestructuras estaría Laura Castelli, del M5E, mientras que el diplomático Giampero Massolo estaría al frente de Exteriores. El liguista Giancarlo Giorgetti, la mano derecha de Salvini, sería el vicepresidente elegido para contrarrestar el premier elegido por el M5E. En resumen, un equipo mestizo entre técnicos y políticos, con difíciles equilibrios entre las dos formaciones, y sobre todo con muy poca presencia femenina. Mientras, el desembarco de los antisistema en las instituciones seguía ayer bombardeando los mercados. La prima de riesgo italiana ascendió a 190 puntos y la agencia Fitch advertía de que el programa es incoherente con el objetivo de reducir el déficit. Hasta el líder de los Populares Europeos, Manfred Weber, les avisaba de que están “jugando con fuego” porque “las acciones irracionales o populistas” podrían “provocar una nueva crisis del euro”. Si Di Maio salió exultante del Quirinal, Salvini se marchaba más serio, y con ganas de cargar contra todos ellos. “Nadie tiene nada que temer, pero obviamente queremos un gobierno que ponga en el centro los intereses de los italianos. Los italianos primero”, rebatió.
Más receptiva se mostraba la ultraderecha francesa. “Nuestros aliados llegan al poder con perspectivas impresionantes, ¡con el gran retorno de las naciones en el punto de mira!”, celebró la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen.
Mientras Europa y los mercados siguen a Italia con temor, Le Pen celebra que sus “aliados lleguen al poder”