El Clínic descubre las tres proteínas que inducen la leucemia más común
Los investigadores han elaborado un detallado mapa de lo que ocurre en el genoma de los enfermos y han hallado 500 alteraciones que se repiten
El equipo de investigación epigenética del Idibaps, instituto asociado al hospital Clínic, ha confeccionado un mapa de lo que ocurre en el genoma de personas que padecen leucemia linfática crónica, la más frecuente, y han hallado 500 alteraciones moleculares que se repiten en casi todos los pacientes. Y han descubierto que tres proteínas son las que provocan esos cambios.
El equipo de investigación epigenética del Idibaps, el instituto de investigación asociado al Clínic, que dirige Elías Campo, ha elaborado un detallado mapa de lo que ocurre en el genoma de las personas que tienen leucemia linfática crónica, la más frecuente de las leucemias. “Y hemos encontrado 500 alteraciones que se repiten en la práctica totalidad del centenar de pacientes estudiados. Esas 500 alteraciones tienen un denominador común: tres familias de proteínas que son las que desencadenan todos esos cambios. Son las superdianas a las que podremos dirigir los posibles nuevos tratamientos”, resume el jefe de la investigación Iñaki MartínSubero.
Es la primera vez que se lleva a cabo el mapa completo de la epigenética de una enfermedad, el conjunto de cambios y diferencias que ocurren molecularmente para que se genere, en este caso, la leucemia linfática crónica.
El trabajo ha sido largo y arduo: dos o tres años de laboratorio en el Idibaps y otros tantos de computación en el Centro de Supercomputación de Barcelona, con una enorme cantidad de datos moleculares de enfermos y sanos que había que catalogar, ordenar y comparar.
“Lo normal en investigación molecular es mirar un aspecto concreto. Nosotros nos propusimos mapearlo todo, diez capas distintas para tener una visión completa, holística, de lo que pasaba molecularmente en los enfermos”, explica Martín-Subero, bioquímico navarro dedicado específicamente a la epigenética de la leucemia y los linfomas. Desde hace diez años trabaja en Barcelona, primero en el Idibell y luego en el Idibaps, donde ha desarrollado esta macroinvestigación.
“Los enfermos de leucemia linfática crónica son, a diferencia de otras leucemias, genéticamente heterogéneos: no comparten en absoluto las mutaciones genéticas. Por eso en este caso estamos hablando de epigenética, de lo que cambia por influencia ambiental. Por eso nuestro mapa tenía que incluir todo el funcionamiento”, afirma el experto.
“Hemos comparado esas 500 diferencias con el mapa de personas sanas y hemos visto zonas del genoma que son un desierto de actividad cuando uno está bien y que, en cambio, tienen una gran actividad, totalmente diferente, en quienes están enfermos”.
Ese análisis exhaustivo ha permitido identificar las tres familias de proteínas, el denominador común, que se convierten de ese modo en superdianas terapéuticas. Aún no saben por qué, pero esas proteínas se pegan en el ADN de los futuros enfermos “y lo abren, de manera que genes que estaban inactivos empiezan a actuar y a generar las 500 diferencias que acaban manifestándose como enfermedad”.
El mapa “en alta resolución”, en palabras del investigador, que ha hecho su equipo es el primer referente de una enfermedad que logra el Consorcio Europeo Blueprint para el estudio del epigenoma, en el que los del Idibaps están implicados. Por su trascendencia, “hemos creado una web para que todo el mundo tenga acceso a él. Ahora cualquiera podrá estudiarlo y acceder a todos nuestros datos y pensar en el desarrollo de nuevos tratamientos. También en el nuevo uso de fármacos ya existentes, que los hay, que inhiban algunas de esas proteínas.”
Los resultados del estudio dirigido por Martín-Subero y con Renée Beekman como primera firmante, se publican en la revista Nature Medicine y es obra de 51 investigadores y 23 instituciones de seis países.
El estudio describe todo lo que ocurre molecularmente y señala el camino a los tratamientos