El mundo da la espalda a Maduro
La comunidad internacional no reconoce la victoria del líder chavista
No hubo sorpresas en Venezuela ni en Buenos Aires. Como estaba previsto, el presidente Nicolás Maduro obtuvo la reelección en las controvertidas elecciones del domingo. Y ayer, como también era de prever, la comunidad internacional profundizó en el aislamiento del chavismo: reunidos en la capital argentina, los países del Grupo de Lima llamaron a consultas a todos sus embajadores en Caracas. Al igual que los vecinos latinoamericanos, España, la UE y EE.UU. cumplieron su amenaza de no reconocer los resultados y ya estudian otra oleada de medidas. La Casa Blanca firmó ayer nuevas sanciones, y la crisis venezolana también fue protagonista en la cumbre de cancilleres del G-20 en Argentina.
De acuerdo con los resultados oficiales, Maduro ganó las elecciones con casi el 68% de los votos, mientras que su principal rival, el exchavista y exgobernador del estado de Lara, Henri Falcón, disidente de la oposición, obtuvo el 21%. La participación fue del 46%, aunque la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que boicoteó los comicios y llamó a abstenerse, no da credibilidad a esa cifra y habla de fraude, al igual que Falcón y el pastor evangélico Javier Bertucci, que con casi el 11% quedó tercero. Tanto Falcón como Bertucci denuncian que se cometieron irregularidades y piden la repetición de los comicios.
Con Brasil, Argentina, México y Colombia a la cabeza, los gobiernos del Grupo de Lima “no reconocen la legitimidad del proceso electoral” venezolano “por no cumplir con los estándares internacionales de un proceso democrático, libre, justo y transparente”, reza el comunicado difundido en Buenos Aires. Además de promover en los próximos días una resolución de condena en la Organización de Estados Americanos (OEA), acordaron “reducir el nivel de sus relaciones diplomáticas con Venezuela, para lo cual llamarán a consultas a los embajadores en Caracas y convocarán a los embajadores de Venezuela para expresar” su protesta.
El Grupo de Lima, formado el año pasado por catorce países americanos –incluido Canadá, pero no EE.UU., aunque avale sus decisiones– se ha convertido en la avanzadilla de la presión exterior contra el régimen bolivariano con el argumento de representar a los países más poblados del continente, algunos fronterizos con Venezuela o incluso socios de Caracas en el Mercosur (ahora el país caribeño esté suspendido como miembro).
Junto con las acciones diplomáticas, los vecinos de Venezuela dieron un paso más para asfixiar al Gobierno de Maduro, ya que pretenden coordinarse para evitar que el país reciba ningún préstamo debido “a la naturaleza inconstitucional de adquirir deuda sin el aval de su Asamblea Nacional (AN), excepto cuando el financiamiento sea utilizado en acciones de ayuda humanitaria”. La Asamblea Nacional es el Parlamento democráticamente elegido en el 2015, con mayoría opositora, que desde el año pasado es suplantado por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), de unanimidad chavista, responsable oficial de la convocatoria electoral del domingo, unos comicios que tocaba celebrar el próximo mes de diciembre. En el mismo sentido, los miembros del grupo transmitirán a sus respectivos sectores financie- ros el mensaje sobre el riesgo que entraña realizar operaciones económicas con Venezuela.
Por su parte, EE.UU. fue enérgico y ayer mismo el presidente Donald Trump firmó un decreto por el que limita la venta de deuda y activos públicos en territorio estadounidense por parte del Gobierno venezolano. Washington calificó de “farsa” las elecciones y el subsecretario de Estado, John Sullivan, se sumó ayer a una declaración conjunta en el marco de la cumbre de ministros de Exteriores del G-20, que tuvo lugar en Buenos Aires. De términos similares a la del Grupo de Lima, dicha declaración fue suscrita por seis de los participantes no europeos en la reunión de las principales economías mundiales: Australia, Canadá, Argentina, México, EE.UU. y Chile, este último como invitado a la cumbre.
La reacción de la Unión Europea fue más prudente, pero el bloque europeo tampoco reconoció los resultados, como ya había advertido. El consejo de ministros de Exteriores de la Unión estudiará el próximo lunes nuevas sanciones contra Venezuela. No obstante, a preguntas de La Vanguardia, el ministro
LA OPOSICIÓN La MUD no se cree la participación del 46% y Falcón denuncia irregularidades
GRUPO DE LIMA Catorce países latinoamericanos llaman a consultas a sus embajadores
español, Alfonso Dastis, aclaró que dichas sanciones irán exclusiva y personalmente dirigidas contra los lideres chavistas, al igual que las anteriores. “Se está viendo la posibilidad de ampliar el círculo de personas que hasta ahora han sido afectadas por esas medidas restrictivas que, en todo caso, seguirán siendo personales, específicas y limitadas”, dijo el ministro, que también participó en la cumbre sectorial del G-20. “No se han respetado los estándares democráticos”, añadió. “No se trata de unas elecciones creíbles, ni transparentes, ni inclusivas y, por lo tanto, nosotros vamos a seguir auspiciando que haya unas auténticas elecciones libres y que haya una salida auténticamente democrática y negociada entre la oposición y el Gobierno”, agregó.
Las palabras de Dastis contrastan con las del expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, que avaló los comicios, convertido oficiosamente por Maduro en jefe de los observadores internacionales. “Tienen todo el derecho a establecer una impugnación de los hechos que han puesto encima de la mesa, forma parte
UNIÓN EUROPEA El consejo de ministros de Exteriores estudiará el próximo lunes nuevas sanciones
del ejercicio democrático, y esa impugnación tendrá en su caso que sustanciarse a través de los cauces que estén contemplados”, declaró ayer Zapatero a Efe, con relación a las irregularidades denunciadas por Falcón y Bertucci.
En cualquier caso, Zapatero coincide con Dastis en que la única salida a la crisis pasa por una negociación entre gobierno y oposición. El expresidente es partidario de “intentar de nuevo” una mesa de diálogo como la que se instaló sin éxito en la República Dominicana, donde Zapatero ejerció de mediador, papel que ha llevado a cabo durante los últimos tres años. El exmandatario añadió que los meses que faltan hasta la nueva toma de posesión de Maduro en enero del 2019 “deberían ser decisivos para empezar un nuevo tiempo de respeto”. Sin embargo, la MUD le acusa de hacerle el juego a Maduro. Zapatero fue abucheado el domingo por antichavistas a la salida de un colegio electoral.