Detenidos tres menores de edad en Francia por una paliza mortal
Refuerzo policial en Pau tras la muerte de un francés de origen africano
Tres menores de edad fueron detenidos ayer en la ciudad francesa de Pau, en el sur del país, bajo la sospecha de haber participado en la brutal paliza que costó la vida, el pasado viernes, a un ciudadano francés originario de Burkina Faso, en el África occidental. Tanto el alcalde, François Bayrou, como el ministro del Interior, Gérard Collomb, anunciaron un refuerzo de la vigilancia policial en el barrio donde ocurrieron los hechos.
La opinión pública francesa tardó en reaccionar a la gravedad del crimen de Pau porque se produjo la víspera del puente festivo de Pentecostés, con menos atención mediática. Pero a medida que la noticia se abrió camino, se tomó conciencia de su relevancia. Ayer reaccionó el propio ministro Collomb, quien dijo que el barrio de Pau en el que se produjo la agresión, Saragosse, será incluido a partir de septiembre en la operación de mayor control de los suburbios urbanos más problemáticos de las ciudades francesas. En concreto, se asignarán a Saragosse diez policías suplementarios para patrullar sus calles y evitar que se enquiste la delincuencia.
Bayrou anunció que ya existía un plan para instalar videocámaras de seguridad en Saragosse y, después de lo sucedido, se acelerará su implantación. El exministro –lo fue, hace años, de Educación y, durante poco más de un mes, también de Justicia, recién elegido presidente Emmanuel Macron– aludió a la presencia en Saragosse de jóvenes, “a menudo de origen extranjero”, que actúan como bandas. Según el alcalde, estos menores de edad son manipulados y usados para tráficos ilícitos diversos, entre ellos el de estupefacientes. Quienes los dirigen piensan que, dada su condición de menores, podrán actuar con mayor impunidad y la policía y la justicia serán más blandos con ellos. “Eso es absolutamente intolerable y se debe ser inflexible”, subrayó Bayrou. El alcalde advirtió que en los barrios problemáticos debe haber una labor de seguridad y educación. “No es una cuestión de miles de millones”, dijo, en alusión a los nuevos planes que baraja el Gobierno sobre cuantiosas inversiones en las banlieue. Para Bayrou, el problema no son tanto las condiciones físicas de los barrios, la calidad de su viviendas, como la forma de vida que adoptan sus habitantes, sobre todo los jóvenes.
El homicidio del viernes se produjo en una zona verde con equipamientos deportivos. Una decena de adolescentes golpearon con saña al hombre de origen africano, de 32 años, con quien al parecer habían ya discutido el día anterior. El ataque no se interrumpió ni cuando la víctima había caído al suelo y estaba muy malherida. Los servicios de socorro no pudieron reanimarlo. Los agresores huyeron y no se produjo ningún arresto hasta la mañana de ayer. El móvil racista no se ha confirmado pero tampoco puede descartarse.
El hombre fallecido tenía antecedentes penales. Había sido condenado por robo con agravantes y tráfico de droga, años atrás, en la región parisina. Luego se trasladó a vivir a Pau, capital del departamento de los Pirineos Atlánticos Según la fiscalía, no existen por ahora indicios de que los hechos del viernes tengan vinculación alguna con este pasado delictivo.
El alcalde de la ciudad sureña, el exministro François Bayrou, vincula el crimen al tráfico de drogas