El PNV decidirá in extremis si vota las cuentas del Estado
El partido vasco presiona para poner fin al 155 y apoyar mañana los presupuestos
La oposición logra incorporar 200 millones de euros para la lucha contra la violencia machista
Hasta el último minuto del trámite presupuestario. El PNV apurará hasta la misma votación de las cuentas de Mariano Rajoy para decidir la posición de sus cinco parlamentarios, en una encrucijada entre su negativa a apoyar los presupuestos con el 155 en vigor y las contraprestaciones económicas que perdería si no respaldan al Gobierno. La tensión en Sabin Etxea es máxima, y la reunión de ayer de la dirección jeltzale lo evidenció: el EBB estuvo encerrado durante casi seis horas analizando el complicado escenario político. El peor imaginado.
El partido vasco aplazó su decisión sobre las cuentas a la votación definitiva de mañana y aseguró que mantiene como “objetivo prioritario” la desactivación de la intervención de Catalunya al considerarla “injusta e involutiva”. En ese sentido, fuentes de la formación indican que van a dedicar a ello “todos sus esfuerzos”. El 155 era el límite e, inesperadamente, se topan de nuevo con él en una situación con la que no contaban. Si se constituía un Govern, Rajoy levantaría el artículo y aprobarían las cuentas. Si Puigdemont se enrocaba en el mandato, acusarían a este de no ceder al diálogo y se verían con las manos libres para negociar con Madrid. Sin embargo, la propuesta de consellers encarcelados y huidos y la respuesta del Gobierno han atrapado al PNV en un laberinto.
En una nota de prensa de apenas tres puntos emitida ayer, el partido vasco prepara una pista de aterrizaje para un hipotético sí a Rajoy, remarcando en un epígrafe aparte la “relevancia para Euskadi y en general” que tiene la aprobación de las cuentas. En ese sentido, destaca especialmente el impacto que tendría en los pensionistas –arrancó al PP una subida de las pensiones de un 1,6% este año y según el IPC en el 2019–, uno de los colectivos más reivindicativos del País Vasco, y en la denominada “agenda vasca”, en la que destacan los 300 millones dedicados al gran proyecto de la alta velocidad en el territorio que el Gobierno de Urkullu quiere concluir para el 2023. El PNV no lo menciona, pero hay otro aspecto clave más: la debilidad de un Mariano Rajoy sin presupuestos podría derivar en un adelanto electoral, con Ciudadanos al alza. Los jeltzales no quieren saber nada de eso.
El partido vasco mira en la nota a Catalunya y Madrid y afea la deriva del conflicto. Frente a la cerrazón, subraya que en los últimos meses ha adoptado una “posición de responsabilidad política, intentando proporcionar tiempo para que ambos dieran pasos para superar la actual confrontación”. Sin embargo, lamenta que esa oportunidad “brindada de buena fe no ha sido bien aprovechada hasta el momento”.
En el Congreso, la situación del debate de presupuestos es de tiempo muerto. El arranque del debate presupuestario tuvo ayer poca emoción, como si todos estuvieran conteniendo la respiración y mirando al PNV. Los partidos expresaron las líneas maestras de su posición sobre los presupuestos, lo que significó, en la práctica, que el PSOE se sacudió la presión que Albert Rivera quiso trasladarle ante la indefinición del PNV: si apoya un 155 indefinido, debe contribuir a la aprobación de las cuentas. Nada de eso: el portavoz presupuestario de los socialistas, Javier Lasarte, descartaba apoyar unas cuentas que expresan un “modelo ideológico” antisocial y que orilla al sector público.
Tampoco UPN contribuye a poner las cosas fáciles al PP, que de momento sólo cuenta con el apoyo de Ciudadanos, Nueva Canarias, Coalición Canaria y Foro Asturias. Los diputados navarros mantienen su petición de un documento firmado en el que Mariano Rajoy se comprometa a no negociar con Ajuria Enea el acercamiento de presos de ETA.
En cambio, el PSOE, gracias al apoyo del resto de los grupos de la oposición, forzando la mano del PP, arrancó la aprobación de un total de 200 millones de euros para la lucha contra la violencia de género, de los que 80 serán de aplicación directa de la administración del Estado, y 120, transferencias a comunidades autónomas y ayuntamientos. Mientras Unidos Podemos, por boca del diputado Segundo González, subrayó que estas cuentas pasan por encima de todas las prioridades del país, empezando por los pensionistas, Ciudadanos llamó inopinadamente a apoyar los presupuestos por la “grave crisis” que hay en Catalunya. Ferran Bel, de PDECat, le afeó el gesto.