Linde reconoce que la rebaja salarial ha sido la clave de la recuperación
El Banco de España rechaza volver a vincular las pensiones al IPC
Con el final de su mandato a tiro de piedra, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, aprovechó ayer el informe anual del organismo para poner el foco en las “tareas pendientes” para una economía con “un notable grado de vulnerabilidad”. Así, reclamó nuevas reformas –desde la financiación autonómica, a los impuestos, pasando por la sostenibilidad de las pensiones–, apuntalar la consolidación fiscal –para reducir de manera considerable la elevada deuda pública– y avanzar en competitividad en mayor medida a través de los márgenes empresariales que de la rebaja de los costes salariales.
“Las ganancias de competitividad frente a la zona euro han recaído más en el ajuste de los salarios que en los márgenes empresariales”, admite el supervisor, al tiempo que habla de “cierta falta de competencia en algunos sectores”. Sin duda, los sueldos han sufrido. El informe reseña la “moderación salarial” de los últimos años: de promedio, entre el 2014 y el 2017, el crecimiento anual de la remuneración por asalariado fue del 0,4%; en el 2017, sólo del 0,1%.
En cuanto al sistema de pensiones, Banco de España defendió la conveniencia de mantener las medidas estrella de la reforma del 2013 de pensiones, la polémica revalorización anual vinculada a la situación de las arcas de la Seguridad Social y el pospuesto factor de sostenibilidad que se debe aplicar a los nuevos jubilados. Ante el debate sobre vincular definitivamente las prestaciones al IPC, el órgano que dirige Linde pidió que se “mantenga un mecanismo de ajuste automático que garantice” la sostenibilidad del sistema. Además, son partidarios de “delimitar, de acuerdo con las preferencias sociales” cómo ha de ser la pensión que percibirán los trabajadores a medida que se jubilan, en comparación con su último salario.
El órgano que comanda Luis María Linde volvió a pedir cambios que profundicen medidas de transparencia y “refuerce la relación” entre las contribuciones de los afiliados y las prestaciones que al final reciben –lo que significa en la práctica ir reduciendo el importe de las pensiones–. En general, el envejecimiento de la población, advierten, “tendrá efectos negativos en el crecimiento potencial de la economía”. Por ello, apuestan por políticas de natalidad, de conciliación así como migratorias.
El informe recoge a las claras la falta de impulso político para llevar a cabo las reformas que consideran imprescindibles. “Las iniciativas para resolver los problemas estructurales de la economía son escasas”, se quejan en el documento, al tiempo que lo vinculan a “la fragmentación parlamentaria”.
Sobre el mercado laboral, el Banco de España destaca la fortaleza en la creación de empleo, aunque
“Las iniciativas para resolver problemas estructurales de la economía son escasas”, lamenta el supervisor
califican de “acuciante” necesidad de reducir el desempleo, sobre todo entre los más jóvenes, los de mayor edad y los de baja cualificación. Y alertan que, en el futuro, “las reducciones adicionales de los indicadores de desigualdad de renta dependerán de que continúe disminuyendo el desempleo, así como del aumento de horas efectivamente trabajadas por los ocupados con menores salarios”.
Los cambios en el sistema citados en el informe pasan por un incremento en la recaudación del IVA así como de los impuestos especiales, sobre todo los medio ambientales. Al tiempo, pide la revisión de toda una serie de deducciones, reducciones y exenciones que generan ‘agujeros’ en la presión impositiva. También apuestan por un nuevo sistema de financiación de las autonomías que “garantice un reparto transparente”. Eso sí, ni una mención a la posibilidad defendida por el ministro Cristóbal Montoro de reestructurar la deuda contraída por las comunidades con el Estado.