El Banco de España reclama a la banca acelerar la venta de los activos tóxicos
Linde alerta de la alta concentración, con cinco firmas que copan el 81% del sector
El Banco de España pidió ayer a las entidades financieras que aceleren la venta de activos inmobiliarios, reduzcan la morosidad y aumenten su rentabilidad, para lo que anima a buscar fuentes alternativas de mejora de ingresos y reducción de costes.El banco supervisor, que dirige Luis María Linde, explicó en su informe anual correspondiente al 2017 que la banca española tiene que afrontar dos retos: mejorar la rentabilidad y reducir la cifra de activos dudosos. Sobre los activos bancarios deteriorados, reconoce que han disminuido, pero al actual ritmo de reducción “seguirán siendo relativamente elevados hasta el año 2020, cuando superarían los 50.000 millones”. En el 2013, “el mayor momento de deterioro de los balances bancarios, los préstamos dudosos en las operaciones con la clientela nacional alcanzaron los 200.000 millones, lo que supone ocho veces más que en la anterior crisis, en 1994”. Adicionalmente, los balances de las entidades en el 2013 incluían activos inmobiliarios adjudicados por cerca de 80.000 millones de valor contable bruto.
Respecto a la rentabilidad, recoge el informe que “se sitúa claramente por debajo de los niveles alcanzados en los años previos a la crisis”. De ahí que sus valoraciones en la bolsa se encuentren también por debajo de su valor contable. En el 2016, en Europa la rentabilidad media era del 10%, cuando en España fue del 5%. Al ir rebajando las provisiones y eliminando el riesgo al sector inmobiliario, el año pasado la rentabilidad de los bancos locales subió algo y se sitúa en torno al 7%.
Pese a que los banqueros evitan hablar de esta cuestión en público, el Banco de España aclaró ayer que las cinco primeras entidades financieras españolas (Santander, BBVA, CaixaBank, Banc Sabadell y Bankia) concentran el 70% del negocio en España, cifra que se eleva al 81,5% si se tiene en cuenta su actividad internacional. Se trata de un cambio radical con lo que ocurría hace una década. En el año 2008 esas entidades representaban el 49% del activo total del negocio en España. El sistema financiero se ha encogido de forma significativa al pasar de 122 entidades al inicio de la crisis a los 65 actuales. El número de oficinas y de empleados se ha reducido en un 40% y un 32%, respectivamente, en ese período y el prestigio y la reputación del sector se han visto seriamente afectados.
La aventura exterior sólo la han emprendido cuatro entidades, que se han ubicado en el Reino Unido, en Portugal, en los países de Latinoamérica y también en Estados Unidos. Otro punto en el que el Banco de España pone énfasis es en los bajos tipos de interés y en sus consecuencias para el sector financiero. “La existencia de tipos de interés bajos, e incluso negativos, tiene efectos contrapuestos sobre la rentabilidad de los bancos”. El organismo defiende que “los descensos en los tipos de interés tienden a contraer el margen de intereses neto por unidad de activo”.
La crisis trajo para la banca otro efecto negativo: la contracción del crédito tanto a las familias, como a las empresas. “A corto y medio plazo no se espera un retorno a los elevados saldos de crédito bancario registrados durante la anterior expansión, por lo que las entidades deberán perseverar en la búsqueda de fuentes alternativas de ingresos y en el control de sus costes”, apunta. Por último, el informe recuerda que la banca española está sometida a una estricta y nueva regulación, lo que le ha llevado a mejorar la solvencia. España prepara una nueva regulación para las hipotecas, que afectará también a los balances de las entidades.
La banca tiene por delante varios retos: mejorar la rentabilidad y acelerar la venta de ac tivos inmobiliarios