Dependencias
Según Freud, para llegar a ser un adulto responsable es necesario elaborar las dependencias internas, y eso quiere decir en el lenguaje freudiano un simbólico “matar al padre interno”, una metáfora del superyó. Las normas paternas se interiorizan como una exigencia y para llevar a cabo un proceso de individuación es necesario elaborar esa dependencia primaria. La elaboración querría decir quedarse, de la imagen paterna interiorizada, con las virtudes que pueda tener y tirar todo lo que estorba, es decir, contextualizar la figura del padre como una persona con su individualidad y sus contradicciones, como cualquier otra persona. Y eso quiere decir poner distancia, real y afectiva; salirse de su protección ficticia y respetarlo como la persona que es. Tan sólo eso. Y entonces, afrontar el miedo a la libertad, que también cuenta, porque así se acepta la responsabilidad de los propios actos sin poder dar la culpa a nadie del exterior.
Cada persona es un mundo, pero a grandes rasgos se podrían dar tres grupos que afrontan esa elaboración: 1) Los que he descrito antes y lo resuelven suficientemente bien. 2) Los que profesan una admiración sin límites a la figura paterna y no pueden desprenderse de ella, quedando sometidos a la influencia de un superyó exigente e insatisfechos con su propia valía. 3) Los que admiran la figura paterna y al mismo tiempo esta misma admiración les crea un odio profundo, y entonces lo que hacen es disociarse, admirando todo lo que sea patri y odiar todo lo que oponga en el exterior. Dicho de otra manera, se desconectan de la realidad.
Erich Fromm ya describió el nacionalismo como una relación incestuosa con la madre Tierra. Pues bien, estas personas incapaces de elaborar su relación con el “padre interno” o el superyó son las que de cara a la vida exterior promueven todos los nacionalismos radicales que hay en el mundo. Porque el nacionalismo llevado a sus extremos considera siempre un enemigo al que no lo es y su tozudez tiene que ver con la fragilidad de su autoestima. Por eso es tan peligroso, porque no se basa en la realidad.
Dicho esto, me parece que ahora en Cataluña lo tenemos crudo. Esperemos alguna contención desde algún lado sensato.