Horst Seehofer
MINISTRO ALEMÁN DEL INTERIOR
Hace tres semanas, Seehofer atacó a la canciller Merkel al considerarla demasiado blanda con la inmigración. La coalición de Gobierno se tambaleó, y también la unión del centroderecha alemán. Fue una irresponsabilidad.
La crisis política en el seno del bloque conservador del Gobierno de Alemania se saldó anoche con un pacto de última hora entre la canciller democristiana, Angela Merkel, y el ministro del Interior, el socialcristiano Horst Seehofer, sobre la cuestión migratoria que les separaba. Seehofer, que en la madrugada del lunes había “suspendido” su anunciada dimisión para hacer un último intento negociador con Merkel, seguirá de titular de Interior en el Gobierno de gran coalición de conservadores y socialdemócratas, que corría el riesgo de no superar esta crisis.
Reunidos ayer durante toda la tarde en la Konrad-AdenauerHaus, sede berlinesa de la democristiana CDU, junto a dirigentes de sus respectivos partidos, Angela Merkel y Horst Seehofer acordaron la creación de “centros de tránsito” en la frontera de Alemania con Austria. En esos centros se albergaría a los migrantes inscritos en otros países de la UE que intenten entrar en Alemania, y desde allí serían devueltos directamente al país correspondiente. Según el texto del pacto que publicó Die Welt en su edición digital, la devolución de la persona migrante se hará en cooperación con el país donde figure inscrita, pero en los casos en que tal cooperación bilateral no sea posible, el trato se hará con Austria. Está por ver cómo reaccionará a este arreglo el otro socio de la coalición de gobierno, el socialdemócrata SPD, que prevé analizarlo hoy mismo.
“Estoy satisfecho de este acuerdo; una vez más, queda demostrado que vale la pena luchar por una convicción”, dijo Seehofer. En la reunión negociadora estaban dos figuras prominentes de la socialcristiana CSU bávara, el presidente de Baviera, Markus Söder, y el líder parlamentario en el Bundestag, Alexander Dobrindt, quienes tras jalear la embestida de su correligionario Seehofer a Merkel cuando empezaron las tensiones hace tres semanas, habían moderado el tono. “Para nosotros, la estabilidad del Gobierno no está en cuestión; terminar la unión política tampoco es el camino correcto, podemos conseguir mucho dentro del Gobierno, no fuera de él”, había dicho Söder por la mañana, con aire conciliador. La “unión política” entre CDU y CSU existe desde hace 70 años.
Baviera celebra elecciones el próximo 14 de octubre, y a esa cita con las urnas se atribuye la ofensiva antiinmigración desatada por la CSU, que teme perder su mayoría absoluta ante el crecimiento de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Sin embargo, la tensión de estos días no les había beneficiado, más bien lo contrario. Un sondeo del instituto Forsa publicado ayer daba a la CSU un respaldo del 34% en Baviera, es decir, casi cinco puntos menos que en las elecciones generales del pasado septiembre (tuvo el 38,8%) y casi 14 puntos menos que en los últimos comicios regionales, celebrados
Seehofer, que había “suspendido” su dimisión para negociar más, seguirá de ministro del Interior
en septiembre del 2013, en los que tuvieron el 47,7%.
Del cariz de enfrentamiento personal que había toma la bronca dio fe una entrevista que Seehofer concedió al Süddeutsche Zeitung antes de entrar al encuentro de ayer, en la que advertía: “No dejaré que me destituya una canciller que es canciller sólo gracias a mí”. El líder bávaro aludía al peso de su partido en la coalición de Gobierno. Lo rocambolesco es que era el propio Seehofer quien hablaba en público de renunciar. Tras un domingo caótico en la sede de la CSU en Munich, que sumó diez horas de debate, Seehofer ofreció al partido dimitir como ministro del Interior y presidente de la CSU, pero aparcó la dimisión después en una fugaz rueda de prensa a las dos de la madrugada.
Antes de la cita de la tarde, Merkel y Seehofer tuvieron un encuentro previo con el presidente del Bundestag, el democristiano Wolfgang Schäuble. Ya de noche estaba previsto un Koalitionssausschuss (comité de coalición) de CDU, CSU y SPD, los tres partidos de la coalición de gobierno, donde el tema debía continuar.