Industria en crecimiento
La Generalitat espera que la inversión alcance máximos en este 2018
El sector secundario catalán ha cerrado un 2017 con casi todos los indicadores al alza, impulsados especialmente por el sector químico, seguido de la fabricación de muebles y el material de transporte.
Pese a la convulsión política de los últimos meses, el 2017 fue un buen año para la industria catalana, con un aumento del 3,9% en la producción, del 2,9% en el volumen de empleo, del 8,7% en las exportaciones y del 12% en la inversión. El sector más dinámico fue la química, seguido de la fabricación de muebles y de material de transporte, en particular el de uso ferroviario.
Los datos están contenidos en el Informe anual sobre la industria catalana, presentado ayer por la consellera de Empresa i Competitivitat, Àngels Chacón, que avanzó que estos primeros meses del 2018 también han sido buenos, por lo que espera terminar el ejercicio con un aumento de la inversión industrial del 13,4%, el porcentaje más alto desde 1996.
Los datos son positivos pese al fuerte descenso de la inversión extranjera, que, según admitió Chacón, es “el único indicador que no está aparentemente alineado con el ciclo expansivo”. La consellera insistió, no obstante, que los flujos exteriores son muy “volátiles”. “Las comparaciones pueden variar mucho sólo por un único proyecto, por lo que habría que hacer las valoraciones observando un periodo de cinco ejercicios”, dijo.
En el 2017, la inversión extranjera de carácter industrial cayó un 27% con relación al 2016, pero según Chacón no es motivo de alarma, puesto que ya a finales del año pasado empezaron a reactivarse proyectos, y éstos podrían dar sus frutos en breve. La inversión industrial representa el 36,4 % del total y un 15,8 % de las inversiones extranjeras industriales en España. Si se tiene la inversión extranjera total sufrió una caída mayor, de casi el 40%, y se situó en 3.093 millones.
También cayó la inversión catalana en el exterior, casi un 45%, y se situó en 6.543 millones, de los cuales sólo 256 fueron para proyectos industriales.
Entre los sectores más dinámicos, la directora general de Indústria, Matilde Villarroya, destacó a la química, que aumentó la producción un 5,5% y el volumen de empleo, un 2,4. Este sector, que se vio favorecido por un alza del precio de sus productos, tuvo también un papel protagonista en las inversiones, con proyectos como el de Basf (40 millones en Tarragona); AC Marca (20 millones en el Vallès Oriental); Henkel (entre 25 y 40 millones en Montornés), o Kao (25 millones en Mollet). Y también las empresas catalanas se mostraron activas. Exea, de la familia Puig, tomó en el 2017 una participación mayoritaria en la griega Apivita y hace unas semanas el grupo perfumista anunció la compra de la firma belga de moda Dries Van Noten.
Aunque su dimensión es muy pequeña en comparación con la química, la alimentación o la automoción, destaca también el repunte de la industria del mueble, con un alza de la producción del 31%. Otro de los motores ha sido el llamado sector de material de transporte, que incluye a la industria ferroviaria y que registró un crecimiento de sus exportaciones del 36%.
En la industria automovilística disminuyó la producción total, porque Seat la aumentó ligeramente y Nissan sufrió un fuerte descenso. Igualmente, el sector de componentes de automoción se estancó, con un descenso del 0,1%. “El sector del automóvil es una de nuestras prioridades, por su impacto en el empleo y la actividad, y también por su papel de tractor de la industria 4.0”, dijo la consellera.
El informe, impulsado desde hace años por Joan Miquel Hernández, pone de relieve que la alimentación
“Las empresas están invitadas a volver a traer sus sedes; no habrá ningún boicot”, afirma la consellera
fue muy dinámica en cuanto a creación de empleo, con 3.000 personas ocupadas más, un 3,7%. Pero no lo fue tanto en actividad, pues bajó un 1%. En cuanto al textil, otro sector tradicional, sus cifras siguen todavía por debajo del año 2008.
En cualquier caso, Chacón celebró que la industria ya represente el 21,1% del PIB de Catalunya, por encima del objetivo del 20% que ha fijado la UE para el 2020. “En el 2020 esperamos llegar al 25%”, apuntó la consellera. Respecto al traslado de sedes, insistió en que la Generalitat no aprobará incentivos fiscales para facilitar su regreso aunque subrayó que “la puerta está abierta” para ellas. “Las empresas están invitadas a volver; no habrá ningún boicot”, aseguró.