Hora de dar la cara
El PP trata de blindar el resultado de las primarias del jueves
Los líderes autonómicos del Partido Popular dan a conocer sus preferencias en la recta final de las primarias.
LOS AVALES Monago, el líder extremeño, apoya a la secretaria general porque “da la cara”
NO AL DEBATE La comisión organizadora deniega la petición de Margallo para un debate
La recta final de la campaña del PP para elegir al sucesor de Mariano Rajoy se dirime en las sedes locales del partido, que los seis candidatos continúan pateándose, pero también en los apoyos de los dirigentes más significados en cada comunidad autónoma.
Si hasta ahora los presidentes regionales habían mantenido una posición de neutralidad para no comprometer al partido ni generar división, ahora cada candidatura pelea por el último voto y han logrado que algunos presidentes regionales empiecen a destapar sus preferencias.
Ayer lo hicieron dos presidentes. El líder del PP en Andalucía, Juanma Moreno, al que todo el mundo vinculaba a Soraya Sáenz de Santamaria, hizo público su apoyo “por su experiencia probada en gestión” y su cercanía a la ciudadana.
Moreno subrayó que ha hecho su reflexión interna y ha llegado a la conclusión de que “no sólo se está eligiendo a quien preside el PP, también al candidato a la presidencia del Gobierno de España” y, a su juicio, esa posición la encarna Sáenz de Santamaría, que es quien “de manera nítida puede interpretar los sueños de los españoles, quien puede ganar unas elecciones”. “Además, es el momento de las mujeres”, subrayó.
Y si para el dirigente andaluz la exvicepresidenta es la opción más viable, para el líder de los populares extremeños, José Antonio Monago, lo es María Dolores Cospedal.
Monago dio su aval a la secretaria general del PP porque “da siempre la cara”, además de por su valía, tenacidad y capacidad. Pese a su apoyo explícito, aclaró: “No pretendo condicionar a nadie”. Descartó “hablar mal” de los otros candidatos, pero añadió: “Sólo puedo avalar a una persona y esta persona es María Dolores de Cospedal”.
Otros dirigentes no se han decantado tan claramente, pero juegan sus bazas. El presidente del PP de Canarias, Asier Antona, que el viernes acompañó a Pablo Casado en su visita a las islas, ayer hizo lo propio con Soraya Sáenz de Santamaría, de quien dijo que “representa lo mejor del PP y lo mejor del Gobierno de España”.
Aunque dejó claro que la dirección regional del PP no va a tomar partido por ningún candidato, se deshizo en elogios hacia Santamaría.
Con estos apoyos, la exvicepresidenta parece tomar la delantera en una carrera en la que ella o la secretaria general parecen llamadas a encabezar una de las dos candidaturas que pasen el corte de la votación de este jueves. A partir de ese día, el partido trabajará –lo hace ya– en fórmulas para que la candidatura más votada por los militantes sea la ganadora, y no pueda cambiar el resultado el congreso a través del voto definitivo de los compromisarios.
Si los barones territoriales barajaban un pacto para que esos compromisarios respetaran el resultado de la votación directa, desde el PP se piensa en que si hay un triunfo claro de una de las candidaturas, la segunda, que pasaría también al congreso, debería reconocer esa victoria y darla por buena evitando la confrontación entre los militantes. Es decir, la aspirante que quedase en segundo lugar renunciaría a la votación en el congreso, para no cambiar el sentido del voto de los militantes. Una fórmula que no es mal vista desde las candidaturas de Sáenz de Santamaría y de Cospedal.
De momento, la comisión organizadora del congreso ha decidido rechazar la petición de José Manuel García-Margallo de que se celebre en la sede del PP un debate al que acudirían los candidatos que lo desearan. Ya existía el acuerdo de Margallo con José Ramón García Hernández y Elio Cabanes. La comisión organizadora considera que no han variado las circunstancias que le llevaron a rechazar el debate a seis, por juzgar que era inoperante.