Contra el peligro de naufragio, ajuste de brújula
La evolución del autonomismo al independentismo se podría explicar tomando como puntos de partida y llegada las dos bodas de Santi Vila. La historia de un país se explica mejor a través de sus bodas y funerales que de las conferencias nacionales o del circo de unas primarias que, en el caso del PP, tienen la cara dura de reclamar diversidad de ideas en una organización especializada en aniquilarlas. Las dobles nupcias de Vila destilan una impudicia pública que, por poder de convocatoria, recuerda la de los
suquets de Pere Portabella, gran teórico de la manga larga veraniega. Nada que ver con el hermético glamur de la boda de Empúries, que propicia delirios neoprovincianos con el mero rumor de presencias como las del matrimonio Obama, Beyoncé o Salma Hayek (si queréis cabrear a vuestras amigas, elogiad a Hayek y ateneos a las consecuencias).
Uno de los asistentes a la conferencia nacional de ERC me telefonea y, desolado, me cuenta que la lectura que Gabriel Rufián hizo de la carta de Oriol Junqueras confirma el fracaso de nuestro sistema educativo en materia de lectura. “Todos los matices del texto fueron triturados por la sincopada afectación de quien la leyó”, se lamenta. Para consolarlo, le recuerdo que, para compensar, Rufián es un virtuoso aspersor de tópicos y tuits fratricidas. Mientras tanto, la actualidad pasa por La Sexta y TV3. En La Sexta, pasarela de candidatos a las primarias del PP (deberes imposibles: contar cuántas veces ha salido Margallo en televisión) y la habitual necrofilia sobre la exhumación de Franco. En Preguntes freqüents (TV3), pinza perfecta entre temas monotemáticos y de solidaridad mediterránea y una entrevista a Jaume Roures en la que este Deberes imposibles: contar cuántas veces ha salido Margallo en televisión rebate la acusación de haber hecho un documental de parte preguntándose dónde están los argumentos de la otra parte. La discusión nos podría desviar de dos evidencias: el valor de las imágenes y los testimonios del documental y la anomalía que supone que uno de los actores de la actualidad sea simultáneamente quien nos la explica, quien marca la intención del documental en un medio público y quien defiende la idea según la cual siempre hay dos partes, como si el periodismo no hubiera demostrado que la diversidad de miradas va más allá de la dualidad. Ayer, en Els
matins de TV3, entrevista con el vicepresident Pere Aragonès, que contribuye al corpus de metáforas de navegación cuando dice que ERC ha hecho un ajuste de brújula. Me vienen a la cabeza las películas de terror en las que, cuando los personajes llegan a un territorio parapsicológicamente inestable, la aguja de la brújula empieza a dar más vueltas que la cabeza de la niña de El exorcista.