Los dossiers y el CNI
Mucho se ha hablado de dossiers que andan circulando por ahí sin que nadie asuma su autoría. Por ejemplo, muchos son los que en las primarias del PP han apuntado a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, de quien dependía el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), como la poseedora privilegiada de esos dossiers.
La sucesora de Santamaría, la ministra de Defensa, Margarita Robles, bajo cuya responsabilidad está ahora el CNI en el Gobierno de Pedro Sánchez, visitó ayer por primera vez la sede de los servicios de inteligencia y lo primero que dijo es que el CNI no fabrica dossiers.
Robles se hizo acompañar en esta primera visita de un grupo de periodistas. Fuera teléfonos móviles y tabletas. El CNI no sirve “a intereses políticos ni partidistas”, está al servicio del Estado. Nadie le había preguntado a la ministra, pero lo dijo varias veces: “El CNI no tiene dossiers de personas”. “El CNI no está trabajando con una finalidad política y partidista”. Robles quiere acabar con esos bulos y contó con el apoyo del director del Centro, Félix Sanz Roldán, que habló para decir que, en sus nueve años de mandato, nadie le ha pedido que obtenga información de persona o adversario político.
Es más, la ministra de Defensa justifica que el CNI haya vuelto a estar bajo la adscripción de su departamento y que no dependa de la vicepresidencia, precisamente para evitar ese posible uso político. En una nada usual rueda de prensa en la sede del CNI, con la ministra y el titular de los servicios secretos respondiendo a las preguntas de los periodistas, Robles explicó que la vicepresidencia “tiene una naturaleza más política que la que tiene Defensa en términos de defensa y seguridad”, y para “evitar que pueda haber dudas sobre si se ha utilizado en clave política o partidista” se ha desmarcado de la vicepresidencia del Gobierno.
Robles cree que las dudas sobre la utilización política de los servicios secretos se disipan con su adscripción a Defensa