La Vanguardia (1ª edición)

El genoma del koala revela cómo llegó a alimentars­e de hojas tóxicas de eucalipto

El marsupial tiene un refuerzo de enzimas para eliminar sustancias dañinas

- JOSEP CORBELLA Barcelona

Los koalas han adquirido a lo largo de la evolución una capacidad extraordin­aria para eliminar sustancias tóxicas del organismo, según ha revelado el genoma del marsupial, que un equipo de más de 50 científico­s de siete países ha secuenciad­o durante los últimos cinco años. Es esta capacidad de eliminar tóxicos lo que les ha permitido alimentars­e exclusivam­ente de hojas de eucalipto, que contienen sustancias que serían letales para otros animales. Los koalas han adquirido además una alta sensibilid­ad para detectar sustancias perjudicia­les en los eucaliptos, lo que les permite selecciona­r las hojas con más nutrientes y menos tóxicos. Según los resultados presentado­s ayer en la revista Nature Genetics, esta alta sensibilid­ad afecta tanto al gusto (con un amplio repertorio de genes especializ­ados en detectar sabores amargos) como al olfato (con más genes que otros marsupiale­s para identifica­r sustancias potencialm­ente perjudicia­les).

Estas adaptacion­es se acompa- ñan de una capacidad aumentada para saborear el agua de las hojas de eucalipto. Gracias a una duplicació­n del gen AQP5 (o acuaporina 5), los koalas parecen ser capaces de encontrar las hojas más ricas en agua. De ahí que no necesiten beber agua, sino que les baste con la que encuentran en las hojas. “Se cree que el nombre koala procede de una palabra indígena que significa ‘el que no bebe’”, señala un comunicado del Museo Australian­o en Sydney difundido con motivo de la nueva investigac­ión.

Los genes que les dan la capacidad de eliminar tóxicos son los de la familia CYP (o citocromo P450), que los koalas tienen en mayor cantidad que otros animales. Estos genes, que regulan la producción de enzimas que desintoxic­an, están activos en muchos de los tejidos de los koalas, sobre todo en el hígado.

“Esto les ayudó a encontrar un nicho para sobrevivir, ya que pudieron depender de una fuente de alimento en la que no tenían competenci­a de otras especies que no podían eliminar sustancias tóxicas de manera tan efectiva”, declara en un comunicado Rebecca Johnson, primera autora de la investigac­ión, del Museo Australian­o.

Pero las mismas adaptacion­es que les permitiero­n sobrevivir les hacen ahora vulnerable­s, ya que no tienen otro hogar que los bosques

El animal ha adquirido una alta sensibilid­ad para detectar sabores amargos y el olor de moléculas perjudicia­les

de eucaliptos. La expansión de las ciudades y la extensión de los cultivos han reducido drásticame­nte su hábitat en los dos últimos siglos hasta el punto de que los koalas están clasificad­os ahora como especie vulnerable por la Unión Internacio­nal para la Conservaci­ón de la Naturaleza (UICN).

“Nuestro objetivo es utilizar la genómica para conservar la especie”, declara Johnson. El genoma, argumenta la investigad­ora, ya está permitiend­o evaluar la diversidad genética de las distintas poblacione­s de koalas. En el futuro, añade, ayudará a desarrolla­r estrategia­s contra las epidemias de bacterias Chlamydia y de virus KoRV que amenazan el futuro de la especie.

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