La Vanguardia (1ª edición)

Naufraga el complejo de surf en Montgat

Wavegarden, el parque de surf de olas artificial­es, cuenta con el rechazo unánime de los grupos políticos, lo que complica su implantaci­ón

- FEDE CEDÓ Montgat

La mayoría de los partidos políticos representa­dos en el Ayuntamien­to de Montgat (Maresme) –cinco de siete– rechaza la instalació­n de un parque de surf artificial en unos terrenos de la Universita­t de Barcelona. El complejo Wavegarden de 48.500 m2 con una laguna artificial de 15.000 m2 y olas de hasta 1,70 metros de altura no se construirá en la población costera, tal como estaba previsto inicialmen­te.

La alcaldesa de Montgat, Rosa Funtané (ERC), admite que “al principio era un proyecto encantador” pero que, tras estudiarlo con detalle, ha desvelado muchas dudas, tales como el hecho de generar molestias sonoras al vecindario, complicar la movilidad y que “económicam­ente no vemos que pueda repercutir positivame­nte en el municipio”. El Ayuntamien­to tiene la última palabra, ya que la instalació­n del gran parque surfero precisaba la modificaci­ón del plan urbanístic­o metropolit­ano y que el Consistori­o otorgase la licencia .

Con la negativa al Wavegarden, el gobierno de Montgat se alinea con las críticas de la Plataforma Salvem Montgat que, según uno de sus portavoces, Luis Antonio, “demuestra que es un proyecto medioambie­ntalmente insostenib­le”. La entidad nació para defender el área forestal que se vería destruida por el gran complejo deportivo .“Iban a hacer desaparece­r un bosque de 45.000 m2”, dice el portavoz, al tiempo que señala que es el último pulmón verde entre la conurbació­n de Barcelona y el Maresme.

Los vecinos contrarios al Wavegarden critican que la fundación Montcelima­r, adscrita a la Universita­t de Barcelona, haya optado por alquilar unos terrenos que “debían ser destinados a uso docente”. Además, reconocen que el mismo proyecto ya había sido desestimad­o por razones ambientale­s y sociales en El Prat de Llobregat y en Madrid.

La gran laguna artificial, para los opositores al Wavegarden, provocaría la inevitable transforma­ción del pueblo, así como una afectación en el suministro de agua potable en los pozos de riego de Tiana y causaría la salinizaci­ón de los acuíferos. En cuanto a la movilidad, detallan que en la actualidad “ya es una zona colapsada” por el tráfico que genera la Escuela Hamelín “con un volumen de 41.000 vehículos a la semana” que sería imposible conjugar con los 150.000 usuarios al año, que harían uso de este complejo destinado al surf.

Pau Serracanta, uno de los promotores del complejo surfero, se sorprendió “por el cambio de opinión de ERC”, ya que si se decidieron a impulsar el proyecto era “porque nos habían mostrado buenas perspectiv­as desde el Consistori­o”, especialme­nte después de la presentaci­ón pública y recibir el apoyo de la Secretaria General del Esport de la Generalita­t. Serracanta lamenta que Montgat “pierda una gran oportunida­d” ya que en el 2020 el surf será deporte olímpico y ratifica que se trata de un proyecto medioambie­ntalmente sostenible, sin apenas repercusió­n en la movilidad.

La Plataforma Salvem Montgat, satisfecha con que se impongan los criterios ambientale­s y de movilidad

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WG Una muestra de la tecnología Wavegarden de olas artificial­es indoor

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