Italia limitará el trabajo temporal y multará las deslocalizaciones

Ya hace más de un mes que el Movimiento 5 Estrellas (M5E) llegó al Gobierno italiano y, hasta ahora, sus apariciones habían quedado en un discreto segundo plano ante la mano dura del inagotable Matteo Salvini, de la Liga, al frente de Interior. Las encuestas les situaban incluso por debajo de sus socios de la Liga. Luigi Di Maio, el joven líder grillino, necesitaba tirar adelante con urgencia alguna de las grandes batallas electorales de su formación.

Esto se produjo ayer. El ministro de Desarrollo Económico, Trabajo y Políticas Sociales quiso presentar en una rueda de prensa una medida aprobada el lunes en el Consejo de Ministros que representa un pequeño triunfo para los intereses del M5E. Se trata de un “decreto de la dignidad” –así lo han bautizado– que busca ser un golpe contra la precarización laboral, contra la deslocalización de empresas y contra los juegos de azar.

“Estas acciones nos permiten demostrar que mantenemos las promesas. Y quiero decir que aquello que se pensaba que no se podía hacer se puede hacer”, presumió Di Maio, arropado por el primer ministro, Giuseppe Conte.

El decreto pone fin a una de las medidas de la reforma laboral del ex primer ministro Matteo Renzi, que liberalizó el contrato temporal para favorecer el empleo. Ahora Di Maio quiere que el límite máximo de contratos temporales sea de dos años, y no de tres como sucedía hasta el momento. Aunque la mayoría de las asociaciones empresariales lo hayan desaconsejado, los grillini piensan que de este modo potenciarán los contratos indefinidos en un país que en el último año ha creado 434.000 contratos temporales, pero sólo 5.000 de larga duración.

La otra gran actuación será multar a las empresas que hayan recibido ayudas públicas en los últimos cinco años y que hayan trasladado su producción a otros países, aunque sea dentro de la UE. Deberán devolver lo prestado con intereses de hasta cuatro veces la cantidad de las ayudas en el caso de las empresas con deslocalizaciones en países fuera de la Unión Europea.

Por último, Di Maio quiere luchar contra la “emergencia social” de la ludopatía. En Italia, dos millones y medio de personas juegan con asiduidad. El M5E cree que la mejor manera de combatirlo es prohibir todos los anuncios de todo tipo de juego de azar. Los contratos publicitarios actuales no se verán afectados, pero no podrán ser renovados.

Ahora el decreto deberá ser ratificado por el Parlamento en los próximos dos meses. Los populistas tienen mayoría, pero se enfrentarán a una dura oposición del resto del hemiciclo. La derecha lo ve demasiado izquierdista, y el centroizquierda cree que sólo favorecerá el trabajo en negro. “Después de un mes de anuncios rocambolescos, el minidecreto de ayer no favorece las inversiones en Italia ni el trabajo en Italia”, resumió el ex primer ministro Paolo Gentiloni.