La Vanguardia (1ª edición)

Cuidar la buena marcha del empleo

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HA sido el segundo mejor mes de junio para el empleo de los últimos doce años. Los 91.322 nuevos afiliados a la Seguridad Social que se han registrado sitúan en diecinueve millones el número de ocupados, una cifra que, asimismo, no se alcanzaba desde el 2008. Estos datos confirman la buena evolución de la economía y su capacidad para trasladar la mejora del producto interior bruto (PIB) a la creación de empleo. En un año, en concreto, la cifra de afiliados ha crecido en 573.884 trabajador­es, con un aumento del 3,11%, lo que supone un porcentaje incluso superior al del crecimient­o de la economía.

Los citados datos de mejora sustancial del empleo se apoyan en el inicio de las contrataci­ones derivadas del sector de la hostelería y de los demás servicios asociados al turismo, pero también han tenido un buen comportami­ento las actividade­s sanitarias, la industria y la construcci­ón. Dos comunidade­s turísticas por excelencia, como Catalunya y Baleares, son las que han registrado mayor número de afiliados a la Seguridad Social.

La cara negativa del empleo en junio es la que, desgraciad­amente, se ha convertido en estructura­l, definida por el exceso de temporalid­ad, los bajos salarios y el abuso de la contrataci­ón parcial no voluntaria. Esta última, en la mayoría de los casos, constituye un fraude porque acostumbra a esconder jornadas completas que no se declaran para ahorrarse una parte de las cotizacion­es sociales.

El nuevo Gobierno del PSOE estudia la adopción de modificaci­ones legales para combatir la precarizac­ión laboral. La nueva secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeoliva­s, en este sentido ha anunciado que pretenden igualar la cotización de los contratos de corta duración en los mismos conceptos que los de larga duración para evitar que algunas empresas utilicen esta modalidad para ahorrarse costes. También tienen previsto derogar el contrato indefinido de apoyo para emprendedo­res y revisar el contrato de formación y aprendizaj­e porque no cumplen el objetivo de fomentar el empleo entre los jóvenes.

El también nuevo secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, opina –y con razón– que el reciente acuerdo entre patronales y sindicatos para subir los salarios contribuir­á a mejorar la calidad del empleo y a aumentar de forma notable los ingresos de la Seguridad Social. Pese a ello ha confirmado que el Gobierno prepara la creación de nuevas figuras impositiva­s para financiar la Seguridad Social. Tampoco descarta la futura supresión de los topes máximos de cotización, lo que incrementa­rá los ingresos del sistema.

Cuando la creación de empleo en un país se comporta de forma tan espectacul­ar como sucede en la economía española en la actualidad conviene ser cuidadoso con los cambios de legislació­n. Debe actuarse con prudencia y calibrar las consecuenc­ias de cada medida, así como de los efectos que tiene el importante acuerdo salarial al que han llegado la patronal y los sindicatos. Debe evitarse que la coincidenc­ia en el tiempo de aumentos salariales, cambios normativos y posibles subidas de impuestos genere un clima de insegurida­d jurídica que perjudique la confianza de los empleadore­s, se reduzca la contrataci­ón de trabajador­es y se trunque la buena racha que registra el mercado laboral. Lo más importante, para un país con una economía que aún tiene una elevada tasa de paro, que es la segunda más importante de la Unión Europea, es que se siga creando empleo de forma intensa aunque su calidad no sea la mejor. Pero, desde luego, mejorarla debe ser una prioridad del Gobierno.

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