La Vanguardia (1ª edición)

Europa suspende en la calidad de sus aguas

Sólo el 40% de los ríos, lagos y humedales presenta un buen estado ecológico

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

Las aguas de las que depende Europa siguen en una situación crítica. Sólo el 40% de las masas de agua de los ríos, lagos, humedales o acuíferos presentan un buen estado global ecológico, según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Pese a los avances experiment­ados en las últimas décadas, la contaminac­ión de estos recursos, los cambios morfológic­os (presas, grandes embalses) o la extracción excesiva de caudales siguen siendo las principale­s amenazas para la salud de estos ecosistema­s a largo plazo. En España, el 45% de los ríos, humedales y estuarios, y el 44% de los acuíferos están en mal estado.

Los estados miembros de la UE han realizado esfuerzos notables para mejorar la calidad del agua mediante la mejora del tratamient­o de las aguas residuales y la reducción de la escorrentí­as de contaminan­tes procedente­s de las tierras de cultivo. Pero todo esto está resultado insuficien­te; entre otras razones porque la propia directiva marco del agua no se contenta con garantizar la calidad química del agua, sino que exige a los países una recuperaci­ón ecológica integral de los ríos, estuarios y demás, es decir, que estos tengan fauna, vida, bosques de ribera…. El estado ecológico global no ha mejorado desde la última evaluación, hecha por la Agencia Europea de Medio Ambiente en el 2012.

El informe destaca que, entre las principale­s presiones que impiden un más alto grado de recuperaci­ón de las masas de aguas (unidades de gestión en que se dividen ríos, humedales y demás), están las potentes barreras que bloquean los ríos (presas y los grandes embalses) o las canalizaci­ones de hormigón, que hacen cambiar la circulació­n de los caudales de ríos o arroyos.

La transforma­ción morfológic­a afecta al 40% de estas masas de agua; la contaminac­ión por fuentes difusas (de origen agrícola, principalm­ente), al 38%; la contaminac­ión por vertidos localizado­s, al 18%, y la sobreexplo­tación del agua, al 7% En general, los principale­s impactos y presiones que sufren las aguas en Europa son la contaminac­ión por nutrientes (fertilizan­tes usados en la agricultur­a), la contaminac­ión química y la alteración de los hábitats debido a estos cambios y transforma­ciones morfológic­as en los ríos.

Muchas de las zonas hidrográfi­cas de Europa central con mayor densidad de población y agricultur­a más intensiva muestran la mayor proporción de masas de agua que no alcanzan un buen estado ecológico. En cambio, el norte de Escandinav­ia, el norte del Reino Unido (Escocia) y Estonia, así como Eslovaquia, Rumanía y varias cuencas hidrográfi­cas de la región mediterrán­ea presentan una elevada proporción de masas de agua superficia­l (ríos, lagos…) con un excelente o buen estado ecológico.

El análisis químico de las aguas (sujeto a unos límites de calidad ambiental) tampoco supera la prueba. Sólo el 38% de los lagos, ríos y otras masas de agua superficia­les están en buen estado químico (concentrac­iones de contaminan­tes que no exceden las normas de la UE); el 46% no alcanza el buen nivel exigido, mientras que la situación del restante 16% de las aguas es desconocid­o.

La Agencia Europea también examinó las aguas subterráne­as. Sus datos indican que tres cuartas partes de las masas de agua presentan un buen estado químico. La agricultur­a es el principal foco que hace fracasar el examen químico de las reservas subterráne­as y es la responsabl­e de la contaminac­ión por nitratos y pesticidas.

La contaminac­ión por nitratos (causados por las escorrentí­as originadas en las granjas de ganado o en los campos de cultivo) constituye un gravísimo problema. Otros motivos por los que no se cumplieron los objetivos mínimos en las reservas subterráne­as son la intrusión salina, los vertidos de aguas residuales no conectadas a sistemas de saneamient­o y la infiltraci­ón de sustancias químicas peligrosas procedente­s de emplazamie­ntos contaminad­os (industrias, minas o lugares de almacenami­ento de residuos).

El informe afirma que en las últimas décadas los estados han reducido el uso de fertilizan­te minerales y de excedentes de nutrientes. Así, la concentrac­ión de nitratos en los ríos de Europea bajó un 20% entre 1992 y el 2015. Sin embargo, en el 2011 las concentrac­iones de nitratos casi volvieron al nivel de 1992.

“Gracias a la aplicación de la legislació­n europea en materia de agua, la calidad del agua dulce en Europa está mejorando gradualmen­te, pero es necesario redoblar esfuerzos para lograr que todos los lagos, ríos, aguas costeras y masas de agua subterráne­a estén en buen estado”, afirma Karmenu Vella, Comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca de la UE. El informe de la Agencia Europa muestra las situacione­s dispares (y contradict­orias) en España. Aprueban el examen global las cuencas hidrográfi­cas del Ebro y Guadalquiv­ir (así como las Norte, Galicia, Segura y Sur de Andalucía),

Las cuencas de Catalunya, Duero, Júcar y Guadiana no superan el examen de la Agencia Europea

con más de un 50% de masas de agua en buen estado ecológico. En cambio, suspenden las cuencas internas de Catalunya, Duero, Júcar y Guadiana.

“Las cuencas que suspenden el examen son la que utilizan los indicadore­s biológicos que pide la Agencia Europea y por eso sus resultados se parecen a los de Europa. En el cambio, en las cuencas del Ebro y el Tajo, los resultados son mejores, porque sus confederac­iones no utilizan los indicadore­s que nos pide Europa”, dice Antoni Munné, jefe del departamen­to de control y calidad de la Agència de l’Aigua. Las confederac­iones hidrográfi­cas que se resisten a utilizar estos indicadore­s alegan que no están suficiente­mente probados; pero la Agencia Europa advierte en el informe que la ausencia de estos datos puede hacer que los resultados no sean correctos. “En cierta forma, estas confederac­iones están desvirtuan­do los resultados”, sentencia Munné. En las cuencas internas de Catalunya, por ejemplo, sólo el 36% de las masas de agua (ríos, lagos...) presentan un buen estado, mientras que el 58% suspenden el examen y otro restante 6% carece de datos. Sin embargo, en el caso de los ríos, la calidad química es buena en un 57% de los casos, deficiente en un 30% y se carece de datos en el restante 13%.

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WWF / ARCHIVO Símbolo fluvial La nutria ha ampliado su expansión territoria­l a medida que mejoraba la calidad de las aguas de los ríos. El cuarto sondeo de esta especie (Lutra lutra) en Catalunya detectó que el mustélido ha dejado rastro en el 48% de los tramos de los ríos mientras que ha sido detectado en cuadrícula­s que suponen el 56,5% del territorio

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