Brasil tiene un plan
La ‘seleçao’ hace lucir a sus figuras sin descomponerse en defensa y sólo ha recibido un gol
Mientras las dotes artísticas de Neymar siguen dando que hablar, Brasil va avanzando con una seguridad pasmosa. Mientras su figura va provocando comentarios, tanto por su nivel in crescendo de juego como por su capacidad de encrespar los ánimos de los rivales, la seleçao ha cogido la velocidad de crucero para ir quemando etapas en su misión de ganar su sexto Mundial. Hace mucho tiempo que la canarinha ya no es sólo el territorio del jogo bonito pero lo que está consiguiendo de momento en el torneo es la cuadratura del círculo. No golea con pura fantasía pero su armazón es de una solidez inabordable. En los cuatro partidos que ha disputado sólo ha recibido un gol, mérito que comparte con Uruguay. Fue en su debut, contra Suiza, y llegó tras una falta a Miranda. Con la justicia en la mano debió ser anulado.
Si así hubiera pasado la portería de Alisson permanecería a cero. Mención especial en este capítulo merece el tándem veterano formado por Thiago Silva y Miranda, que se están mostrando muy concentrados y seguros y que se ven beneficiados por un sistema defensivo que consigue que Brasil no se parta en dos. “Es una gozada el hecho de que estamos creciendo en cada partido. Estamos haciendo un buen Mundial. Pero en el fútbol hay que jugar y no hablar”, avisa Silva. “Estoy de acuerdo y espero que todavía lo hagamos mejor contra Bélgica”, corrobora Miranda.
Sus números harían las delicias de una selección como Italia, si estuviera en el Mundial, pero se valoran también en Brasil. El seleccionador Tite, con casi dos años en el cargo, tiene un plan de juego muy claro y lo va aplicando con método. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, las alineaciones se conocen de memoria y cuando se produce una lesión el recambio está clarísimo.
Es un equipo donde cuatro futbolistas cargan con la función indudable de atacar (Willian, Coutinho, Neymar y Gabriel Jesús), donde Paulinho es el hombre ancla que irrumpe arriba y se descuelga en el centro del campo, donde Casemiro, baja sensible por sanción en los cuartos de final, es el dique de contención y donde los cuatro defensas mantienen la posición. En este sentido a Tite le hubiera gustado contar con laterales más profundos pero la ausencia de Dani Alves le cortocircuitó por la derecha y en el último partido tampoco pudo contar con Marcelo, lesionado.
Sin embargo, ante cada problema ha encontrado una solución válida y dispone de futbolistas que van de menos a más en la competición, como Neymar y la bala Willian, y donde aún tienen margen de mejora, por ejemplo en la posición de delantero centro. Gabriel Jesús, titular todos los días, todavía no ha marcado y se le ve un poco ansioso. “Es complicado para mí llevar la camiseta número 9 y estar todavía sin meter un gol pero firmo no hacer ninguno y ganar el título”, razona el atacante del Manchester City. En la recámara aguarda Firmino.
Es un equipo que puede correr, que puede frenar, que no soba la pelota sin intención, que entra en el área y que también puede amenazar desde fuera, con el cañón de Coutinho, a quien Tite permite que luzca siempre su mejor arma: el disparo.
“Somos una selección que sabe tener paciencia, que espera su momento sin descomponerse. Se vio ante México cuando decidimos en la segunda mitad”, explica Coutinho. Es cierto porque Brasil va desgastando a los contrarios, que no encuentran por donde meterle mano y que ven como al final los brasileños siempre hallan una rendija para ganar.
A la misma vez que los rivales van gastando energías lamentando las tretas de Neymar (criticables) el equipo se agiganta. Siempre lo ha hecho con Tite, que pide que dejen en paz al exblaugrana. Suma 25 partidos en el banquillo brasileño y ha llevado a sus hombres a 20 triunfos, por una sola derrota. Pero todavía llama más la atención el hecho de que en la era Tite, Brasil sólo ha recibido seis goles y ha metido 54.
Un balance avasallador, aunque un Mundial se puede perder sin caer en ningún partido. Bélgica, próximo escollo para los brasileños, no es moco de pavo. Por eso la prudencia reina en la concentración de Brasil, cerca de Sochi. “Estamos con confianza pero no podemos hablar de que somos favoritos. Hemos de ir paso a paso, ese es nuestro objetivo. Ojalá llegue el sexto título”, apunta Willian. Son claros aspirantes.
El tándem formado por los veteranos Thiago Silva y Miranda está funcionando de fábula Neymar y Willian van de menos a más, Paulinho es el hombre ancla y Coutinho luce su disparo