La Vanguardia (1ª edición)

Inglaterra y Croacia ganan y completan el cuadro

Inglaterra supera a Suecia y accede a semifinale­s tras 28 años de ausencia

- JOAN JOSEP PALLÀS

Los inventores del fútbol están de vuelta. 28 años llevaba Inglaterra sin alcanzar las semifinale­s de un Mundial. Demasiado tiempo en hibernació­n, desatendie­ndo a su selección y destinando todas sus energías en la Premier League, estupendo campeonato elevado por jugadores extranjero­s que acabaron por desnatural­izar el producto autóctono. El regreso se ha producido en realidad cuando pocos lo esperaban. No le hacía ni pizca de gracia el Mundial de Rusia a las autoridade­s británicas. La crisis diplomátic­a entre los dos gobiernos por el caso del espía envenenado y la amenaza de los ultras locales frenaron la habitual excursión masiva de supporters. Pese al panorama, el equipo de Southgate, el hombre que ha vuelto a poner de moda el chaleco (o al menos eso intenta), ha logrado, sin hacer apenas ruido, equiparars­e al del año 90, aquel en el que Gascoigne y Platt abastecían de balones al gran Gary Lineker. Ya solo les falta un paso para llegar a la final. Inglaterra solo la alcanzó una vez. Y la ganó, en el año 1966.

Sus seguidores se desgañitan al ritmo de It’s coming home. La canción que se hizo popular en la Eurocopa del 96 para celebrar que el fútbol volvía a casa ha experiment­ado un oportuno rebrote. Inglaterra está de vuelta. Incluso se huele una final contra Francia. La Guerra de los Cien años condensada en noventa minutos. O en 120. Sería el broche más mediático para el Mundial, algo necesitado una vez han desapareci­do del mapa las seleccione­s americanas. Suecia, espectador­a en todo este asunto, abandona la lucha con la cabeza alta. Su papel ha superado todas las expectativ­as, las propias y las ajenas. Ayer no resistió el ansía de los ingleses por volver al sipo tio que la historia les reserva desde hace medio siglo.

Los escandinav­os, de hecho, asumieron su inferiorid­ad desde el principio, dejándose dominar, y a Inglaterra le incomodó tener demasiado el balón. No son los de Southgate una fiesta para el espectador. Por mucho que se empeñe y por mucho Guardiola que esté allí trabajando, a Inglaterra le faltan la práctica, la velocidad y la intención para hacer de sus posesiones algo bonito. Lo que Bélgica hace a la velocidad del galgo, Inglaterra lo ejecuta al paso de un Beagle, perro de raza inglesa simpático y voluntario­so, pero en absoluto incisivo. Así que cuando los ingleses se bloquean en ese ti- de fútbol, van a lo práctico, acuden a sus fuentes y provocan un córner, que como todo el mundo sabe es una palabra inglesa. Ese tipo de jugadas la llevan en los genes, como los uruguayos nacieron defendiend­o. Total, que se colocaron cinco de sus futbolista­s en fila india trazando una recta sobre el punto de penalti (una de las imágenes caracterís­ticas que dejará este Mundial), centró Ashley Young y remató a gol Maguire en la frontal del área pequeña. Los suecos, todos altos, equivocaro­n la marca. Fue Forsberg, el único que no llega al 1,80 junto con Larsson, quien se emparejó con el central, que mide 1, 93m.

La disposició­n táctica de los ingleses no es muy habitual. Defienden con línea de cinco en el repliegue pero atacan con mucha gente cuando se lanzan. La maraña puede provocar por ejemplo que Dele Alli aparezca de repente como mediocentr­o o que Forsberg, el cerebro de Suecia, no encuentre su lugar. Inglaterra estuvo a punto de hacer el segundo gracias a un magnífico control de Sterling, cuyo disparo fue neutraliza­do por Olsen, un candidato ideal para relevar a Karius en el Liverpool, por cierto.

Pero si alguna cosa sucedió en el partido de ayer fue la consagraci­ón de Pickford, escogido hombre del partido con todo merecimien­to. El meta del Everton, que ya fue héroe en la tanda de penaltis contra Colombia, en la que se ayudó de una chuleta pegada a un botellín de agua, completó un recital en la segunda mitad, reivindica­ndo que si la alineación de Inglaterra acaba bien con su 9 Kane, empieza igualmente de cine con el 1 de Pickford.

Todo el mundo sabía que Inglaterra tenía un nueve, pero Pickford está parando a lo Gordon Banks Se atisba en el horizonte una final contra Francia; Suecia se va a casa tras sorprender­se a sí misma

Su primera intervenci­ón de mérito tuvo un aire a la mítica de Gordon Banks a Pelé. El remate de Marcus Berg fue perfecto, académicam­ente ejecutado de arriba hacia abajo, pero la respuesta del guardameta fue sorprenden­te. Más tarde, con el partido sentenciad­o, le sacaría al mismo delantero otro paradón, esta vez por alto, y un tercero más a Claesson, también inverosími­l.

Cuando llegaron esas paradas, Dele Alli ya había marcado el segundo. Lo hizo saltando y rematando de cabeza un buen centro de Lingard. Inglaterra vuela. Quién sabe hasta dónde.

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SERGEI ILNITSKY / EFE Maguire celebra el primer gol inglés flanqueado por Stones y Kane
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