La Vanguardia (1ª edición)

Negociacio­nes atascadas

- FRANCESC PEIRÓN

Una nota oficial del Gobierno norcoreano acusando a EE.UU. de actuar “como un gángster” evidencia el largo camino que espera en las conversaci­ones para lograr la desnuclear­ización de Corea del Norte, un objetivo que no parece estar en la mente de Kim Jong Un.

Al regreso de la luna de miel que mantuvo con el dictador norcoreano Kim Jong Un, el pasado mes en Singapur, el presidente Donald Trump dio su palabra a los estadounid­enses de que el problema de la amenaza nuclear estaba resuelto. “Dormid a gusto esta noche”, les indicó.

El despertar puede ser una resaca. Corea del Norte acusó este sábado a la Administra­ción Trump de reclamar “una desnuclear­ización unilateral al estilo gángster”, actitud que calificó de “profundame­nte lamentable”.

Estas afirmacion­es apareciero­n en un comunicado sin firma del Ministerio de Asuntos Exteriores del aislado país. Sucedió a las pocas horas de que Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU., cerrara su visita a Pyongyang asegurando que los dos días de conversaci­ones habían sido muy productivo­s.

Depende cómo se mire el vaso, una vez más. Sin embargo, y pese a la voluntad expresada en el citado comunicado norcoreano de continuar queriendo edificar una relación amistosa, la preocupaci­ón sobre el compromiso real de Kim para desmantela­r el arsenal atómico crece cada vez más. Según esa nota sin firma, hay “cuestiones cancerosas” que no hacen “más que amplificar la desconfian­za y el riesgo de guerra”. También señala que la voluntad de Corea del Norte de ir hacia la desnuclear­ización puede cambiar si las demandas de EE.UU. se formulan sin crear “un contexto adecuado para la paz”.

Pompeo y sus asesores no expresaron de manera inmediata evidencia alguna de que las conversaci­ones concluyera­n con nada tangible que demostrara que Corea del Norte está determinad­o a desmontar su capacidad nuclear y sus programas de misiles. Aunque la Casa Blanca lo anunció, el jefe de la diplomacia no se reunió con Kim y sólo se vio con Kim Yong Chol, negociador durante décadas con diversos presidente­s estadounid­enses.

Informes de los servicios de inteligenc­ia de EE.UU. advirtiero­n en los días previos a su visita que Pyongyang no parecía dispuesto a renunciar a su arsenal y había continuado desarrollá­ndolo.

“No voy a entrar en detalles sobre nuestras conversaci­ones, pero hemos tenido un buen encuentro y creo que hemos hecho progresos”, señaló Pompeo. “Hay cosas por aclarar”, añadió. Los expertos creen que el secretario de Estado empieza a ver que existe un abismo en estas negociacio­nes. “Pensando en nuestra charla, tal vez no has dormido bien”, replicó Chol a Pompeo.

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