LAS CLAVES

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Pedro Sánchez se comprometió a reunirse con Torra durante la moción de censura que lo hizo presidente. La cita, no obstante, acabó enmarcándose en una ronda con los presidentes autonómicos por orden de aprobación de sus estatutos, así que el lehendakari Urkullu fue el primero en pasar por la Moncloa. Tras Torra, el día 17 será el turno de Alberto Núñez Feijóo ,yel 23, el de Susana Díaz. Sánchez pedirá a Torra que acuda a la Conferencia de Presidentes.

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Aunque PP y Ciudadanos se apresuraron a considerar el traslado de los presos del proceso a Catalunya como una contrapartida al voto independentista a Sánchez, el presidente ha planteado la cuestión como el estricto cumplimiento de la norma. El contrapunto es el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la moción parlamentaria que ratificaba el inicio del proceso soberanista. El Gobierno, no obstante, separa la vía judicial de la política iniciada por Sánchez.

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Torra llega a la Moncloa con el rechazo explícito del Gobierno central a pactar un referéndum de autodeterminación. Aun así, los socialistas consideran que Torra no querrá salir con las manos vacías de la reunión mientras Urkullu avanzó en inversiones y competencias para el País Vasco. Al margen de las demandas de Torra, Sánchez mantendrá su propia agenda para Catalunya con el objetivo de normalizar la presencia del Estado tras la conflictividad con el gobierno del PP.

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El equipo de Torra no es optimista sobre los resultados de la reunión en la Moncloa, pero también reconoce que sentarse a una mesa con el presidente del Gobierno español es una oportunidad que no se debe desaprovechar para situar el conflicto catalán de nuevo en el terreno político. Su idea es trasladar a las comisiones bilaterales y mixtas cualquier negociación sobre políticas definidas como autonómicas para preservar en la reivindicación del 1-O.

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Hay matices en el seno del Govern sobre cómo afrontar la relación con el Ejecutivo de Sánchez. Sin renunciar a reclamar un referéndum, en ERC sostienen que tampoco se puede renunciar a abordar otras cuestiones como inversiones o financiación de medidas sociales. Tras el encuentro de Torra con Sánchez, el vicepresidente Pere Aragonès ya tiene en cartera una reunión con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la próxima semana en Madrid.

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La ANC y la CUP se han convertido en el principal elemento de presión sobre Torra. La ANC presenta la manifestación de la Diada como una reivindicación para hacer efectiva la república frustrada el 27 de octubre, mientras que Òmnium pone el acento en la reivindicación de los derechos civiles y la libertad de los presos. También la CUP con sus mociones pone en apuros a los partidos del Govern, que esta semana, a pesar de las críticas, evitaron plantar a los anticapitalistas.