El caso del salbutamol inestable

El caso Froome no descansa y las filtraciones de pequeños detalles permiten hacerse poco a poco una idea global más ajustada. Además, pocas horas antes del inicio de la carrera, la Unión Ciclista Internacional hizo público un nuevo comunicado, este mucho más extenso, donde insiste en su inocencia. Se trata de un texto de formato insólito: la UCI se plantea unas preguntas y las contesta. Como si fuera una autoentrevista. Pero fundamentalmente lo que hace es insistir en su línea: ha cerrado el caso sin sanción debido a los informes realizados por la Agencia Mundial Antidopaje. Al mismo tiempo, el organismo que dirige el ciclismo ha hecho saber que todo este caso tiene un precio, y que no es moco de pavo: 255.800 euros, le ha costado. Y su presidente, el francés David Lappartient, ha reconocido que “habrá un antes y un después” del falso positivo de Froome. “Hay que aprender la lección”, ha declarado. Pero también mantiene la línea contra la AMA: “Es urgente revisar este test [del salbutamol] pero eso es trabajo de la AMA. Nosotros somos los gendarmes, pero si hay que revisar el radar hay que pedirlo a la gente que los fabrican, o sea, a la AMA”. Sobre el tema del nivel prohibido de salbutamol, las alarmas saltaron hace pocos días, cuando The Times localizó el profesor Ken Fitch, que es quien, tiempo atrás, determinó dónde había que situar el nivel admisible de salbutamol. “Ahora han tenido que aceptar [los expertos de la AMA] que el salbutamol que se toma y el nivel en la orina no siempre tienen relación... lo tendrían que haber admitido hace tiempo”, ha dicho. Y explica: “Cometí un error inmenso”, porque, dice, hizo sus ensayos basándose en nadadores, después de un esfuerzo que como mucho puede ser de una hora. Nada que ver con los ciclistas (de 5 a 6 horas y durante días consecutivos). Los científicos no consideraron la deshidratación, que ha sido la clave del recurso de Froome. ¡A buenas horas mangas verdes!